El presidente reelecto relativiza el calentamiento global y el cambio climático. Además, el encargado de la salud pública sería un abogado antivacunas.
La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos abre una serie de incógnitas vinculadas al ambiente y la salud pública. Sin embargo, su anterior paso por la Casa Blanca y sus dichos durante la campaña electoral permiten vislumbrar algunos caminos que podría recorrer en esta nueva gestión. Entre otras cuestiones, el mandatario atravesó la peor parte de la pandemia de covid-19 hasta su salida en enero de 2021. Aunque distintos documentos muestran que conocía la gravedad del coronavirus, recién tomó medidas cuando la situación era insostenible e incluso reconoció que no había querido causar pánico en la sociedad. Para este nuevo periodo, uno de los nombres que suena para esta área es el de Robert Kennedy Jr., un abogado que promovió conspiraciones antivacunas. Por el lado del cambio climático, el magnate salió del Acuerdo de Paris (el tratado internacional que se adoptó en 2015 para limitar el calentamiento global) durante su primera etapa y eliminó regulaciones ambientales. Con estos antecedentes, no sería extraño que la máxima autoridad repita la fórmula.
“No tenemos un problema de calentamiento global. Ya no se usa ese término porque, como pueden ver, hace mucho frío aquí hoy. Se vuelven locos cuando digo que no es calentamiento global porque en ciertos momentos empieza a enfriarse un poco, como ahora“, sostuvo durante uno de sus últimos actos de campaña en el otoño estadounidense.
Aunque el presidente reelecto ya no sostiene que el cambio climático “es un engaño”, continúa relativizando algunas cuestiones y realizando afirmaciones falsas. En más de una oportunidad, Trump afirmó que “en 500 años los océanos se elevarán un cuarto de pulgada (un poco más de medio centímetro)”. Sin embargo, según los últimos datos de la NASA, el ritmo actual de aumento del nivel del mar a nivel mundial es de 0,42 centímetros por año. A su vez, con una estimación baja de gases de efecto invernadero, los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático advierten un aumento de 18 centímetros en el nivel global del mar para 2050 y un aumento de 38 centímetros para 2100.
A pesar de los documentos y las evidencias, Trump impone sus propias cifras y apunta contra el ‘calentamiento nuclear’, un término que ni siquiera aparece en los motores de búsqueda en la web. Por lo pronto, más allá de los discursos y las mentiras, otro alejamiento de Estados Unidos del principal organismo que impulsa la lucha contra el cambio climático y la relajación de medidas para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero sería un golpe duro para todo el planeta, ya que EE.UU. es uno de los máximos responsables en la liberación total de gases.
Otra de las áreas críticas será la salud, donde Trump fue el principal difusor de teorías conspirativas y noticias falsas en relación al coronavirus, con un relato que siguieron sus admiradores en América del Sur como Jair Bolsonaro en Brasil y Javier Milei en Argentina. De hecho, el presidente reelecto sugirió el consumo de hidroxicloroquina, un medicamento que no está autorizado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos. Según un artículo publicado en la revista Science Direct, este fármaco pudo haber causado alrededor de 17 mil muertes relacionadas al tratamiento para coronavirus.
Lejos de revisar su postura, para la nueva administración de la salud pública aparece Robert Kennedy Jr. como candidato a ocupar el área. Este abogado de 70 años es reconocido por presidir una organización que asegura que las vacunas aumentan los casos de trastorno del espectro autista en niños, niñas y adolescentes. En uno de sus actos de campaña, el magnate estadounidense le prometió “libertad” en salud, medicina y alimentación. Pese a que el sobrino del expresidente Kennedy sostuvo que algunos organismos gubernamentales vinculados a la alimentación deberían “desaparecer”, la Organización Mundial de la Salud advierte que Estados Unidos tiene una de las tasas de obesidad más altas del mundo.
Otra de las alertas sanitarias para el segundo mandato será la vinculada a los derechos reproductivos. En 2022 la Corte Suprema de Estados Unidos eliminó el derecho constitucional al aborto y más de 15 estados prohibieron el aborto en todas sus formas o lo restringieron. En este aspecto, colaboradores y exfuncionarios “trumpistas” elaboraron un documento denominado Proyecto 2025 que busca poner fin al acceso a la interrupción del embarazo con medicamentos, negar la atención en hospitales, criminalizar a las personas que envíen fármacos abortivos y establecer una vigilancia en las regiones donde todavía se permite esta práctica.