La opinin del presentador de La Tribu
-
RAL VARELA
Ya lamento que Luis Enrique se haya resfriado ayer noche con el estornudo del Atltico de Madrid. Era un partido para estar descalzo y en manga corta por el rea tcnica pero a cada parada de Oblak la temperatura corporal del entrenador asturiano iba subiendo medio grado hasta comparecer en sala de prensa con una fiebre metafrica y una frustracin propia del que merece tener diez puntos y estar dentro de los ochos mejores pero solo tiene cuatro, fuera del play off y con el Bayern y el City en el camino pendiente.
El caso es que el Atleti, con el octavo gol en el aadido de la temporada, nos hizo recordar a aquel Atleti que asalt al Liverpool en Anfield con una aparicin mgica de Marcos Llorente. Tir de la frmula ms vieja del ftbol, un portero, soberbio ayer el esloveno, y un delantero, Correa, una rara avis cuyo rendimiento como revulsivo multiplica por diez su aportacin como titular.
Ese 1-2 en la casa del PSG fue un contragolpe cannico. Para ensear en esas escuelas de entrenadores donde hoy se da la turra con el excel y las estadsticas. La ltima aportacin que debera prohibirse por decreto-ley es el conteo/canteo de los kilmetros recorridos como si los futbolistas fuesen camioneros con tacgrafo.
El caso es que Oblak la puso en la medular, la enganch Griezmann, que haba hecho un partido bastante vulgar, para enviarla en diagonal a Correa que, con un control y un recorte estupendos ms la aportacin de Donnarumma, le devolvi al Atleti lo que otro equipo francs, el Lille, le haba quitado inmerecidamente semanas atrs. Cosas del karma.
Y aprovecho este restablecimiento de la justicia deportiva y el titular de mi compaero Pablo Egea en la web de Marca para preguntarme: Por qu en el Madrid se llama “potra” y en el Atleti “ngel”?
No debera ser el quin y s en cambio el qu. Est claro que a todos nos gustara que nuestros equipos jugasen igual de bien y de bonito que este Bara, pero cuando no te alcanza lo principal es resistir y nunca desistir. Efectivamente no es para sentir rubor que tu portero sea un hroe y un suplente asalte un Parque de los Prncipes en menos de lo que cuesta decir “Achsssss!