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RODRIGO VÁZQUEZ
Actualizado
Hace un par de años el Liverpool era un equipo de daba miedo. La máquina diseñada por Jurguen Klopp infundía terror a todos sus rivales por su juego vertical, su sólida defensa y su voracidad de cara a puerta. Eran los mejores y lo demostraban cada semana. Sin embargo, fueron perdiendo poder con el paso de las temporadas, cayendo de forma repetida en Premier League ante el Manchester City y quedándose a las puertas de la gloria en Champions League. Llegaron a estar fuera de la máxima competición europea la pasada temporada, pero han vuelto por todo lo alto. Con Slot y una filosofía renovada, han recobrado su fama de equipo temible al que nadie quiere enfrentarse… y el próximo rival del Real Madrid en Liga de Campeones.
Había muchas dudas en torno a la llegada del técnico neerlandés al banquillo de Anfield, pero el paso de las semanas está demostrando que fue un completo acierto por parte de la dirección deportiva. Líderes en la Liga Inglesa y líderes en la nueva primera fase de Champions League. Pocas pegas se le pueden poner a un equipo que aspira a todo y que, por qué no decirlo, son los mejores del mundo en la actualidad.
Ante el Bayer Leverkusen volvieron a demostrar sus mayores fortalezas. Pese a la lesión de Alisson, siguen manteniendo una defensa sólida, con Tsimikas en el sector izquierdo uniéndose a la dupla de Van Dijk y Konaté para darle solidez a la zaga. Tienen un estilo similar al del otro gran equipo de Europa como es el Barcelona, pues suelen tener una línea muy adelantada para presionar alto y robar en campo contrario. Parece fácil cogerles la espalda, pero nadie lo hace. Por algo será.
Una de las principales novedades con respecto a la etapa de Klopp es el medio campo. Slot ha resucitado a Gravenberch, que era uno de los centrocampistas con más proyección del mundo cuando fichó por el Bayern de Múnich y que pareció haberse caído por su paso en Alemania. Su primera temporada en Inglaterra tampoco fue demasiado buena, pero en esta segunda está brillando con luz propia. Un pivote box-to-box capaz de destruir y construir, saltando líneas con su conducción e imponiendo su poderoso físico.
Junto a él, Alexis Mac Allister coge las riendas del equipo. El argentino, que brilló en el Mundial de Qatar, sigue en estado de gracia. Es el director de la orquesta red. Para completar la medular, Curtis Jones o Szoboszlai aportan cosas diferentes en función al rival. El primero tiene más físico y el segundo más llegada. Ambos son opciones de mucho nivel para incorporarse al ataque desde segunda línea. Sin embargo, el verdadero miedo llega arriba.
Un tridente aterrador
El ataque del Liverpool es una auténtica barbaridad. 19 goles en Premier y 10 en Champions que le convierten en una máquina de perforar redes. La cara visible es Mohammed Salah, que ha vuelto a su prime. Coge el balón en la derecha y las defensas se ponen a temblar. No es el delantero goleador de 2018, sino que se ha convertido en un asistente de lujo sin perder su colmillo en metros finales. Una evolución similar a la de Messi y que se erige como el faro de este Liverpool.
Sus acompañantes no se quedan atrás. Luís Díaz no es ninguna tontería. El colombiano ha encontrado su mejor versión. Bien sea por la izquierda o por el centro, utiliza su velocidad y su regate para encontrar situaciones favorables. A esas armas le ha añadido un repertorio de definiciones de lujo que le permiten sumar 9 goles en 15 partidos. Ha pasado de ser un gran segundo espada a tener potencial para liderar al mejor equipo del momento.
Lo mejor es el fondo de armario que manejan. Cody Gakpo está siendo el titular en los últimos encuentros, volviendo ser el jugador que enamoró con la elástica de Países Bajos. Sin embargo, hay muchas más opciones en el banquillo, como el siempre útil Diogo Jota o el potentísimo Darwin Núñez. Incluso Federico Chiesa, que llegó de la Juventus con ganas de reivindicarse, aunque todavía no ha tenido muchas oportunidades.
Después de la tormenta sale el sol y en Anfield brilla más que nunca. Todo es alegría y todo sale de cara. Luego el fútbol es un deporte caprichoso, pero parece complicado que alguien pueda hacerle frente a este Liverpool, que ha vuelto a sus mejores épocas tras un par de años oscuros. Nunca caminan solos y ahora lo hacen menos que nunca.