El nuevo presidente de Estados Unidos ha demostrado que el apoyo de los famosos cada vez tiene menos influencia en el voto
Su hijo declaró que los rostros populares que iban con la demócrata era únicamente por su conexión con Sean ‘Diddy’ Combs
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Jamás se hizo más evidente que una red social bien manejada puede tener más influencia en el voto que cualquier apoyo de una celebrity, ya sea Taylor Swift, Beyoncé, Bruce Springsteen, Eminem o Robert DeNiro. Esta vez Donald Trump ni siquiera necesitó recurrir a un recuento bajo supuesta sospecha o una acusación de fraude para ganar las elecciones. Lo hizo con un amplísimo margen, muchísimo más que el que le daban las encuestas, y sin el apoyo del mundo de famosos y gente relevante del espectáculo.
Kamala Harris tenía a su favor el glamour del showbusiness tradicional, pero este se tornó irrelevante. La situación recordó a aquella de 2004, cuando famosos y músicos se reunieron en torno a una iniciativa llamada «Vote for Change» para apoyar John Kerry y expulsar de la Casa Blanca a George W. Bush. Y el batacazo demócrata fue enorme. Más o menos como ahora.
Mientras los demócratas se lamen las heridas y discuten sobre qué ha podido pasar, la realidad expone que, a efectos de votos, Donald Trump no se ha equivocado despreciando al mundo celebrity y su posible influencia, y en cambio sí ha acertado introduciéndose en canales de comunicación más anónimos, pero mucho más efectivos, según se ha demostrado. «No necesitamos una estrella porque tenemos política», resumió.
Trump, su hijo y Sean ‘Diddy’ Combs
Así, no parece haber errado el tiro lanzando en campaña sus continuos desprecios a todos los famosos que apoyaban a Kamala Harris. Cómo no recordar las palabras pronunciadas por su hijo, Donald Trump Jr., quien en la semana final de campaña afirmó que todas las celebridades de primera línea que apoyaban a la candidata demócrata lo hacían únicamente porque tenían una «conexión» con Sean ‘Diddy’ Combs. Y eso a pesar de que su propio padre supuestamente asistía a las escabrosas fiestas del magnate de la música y a quien calificaba como un «buen amigo» al que «ama». Esos matices que nunca penalizan al nuevo presidente estadounidense.
«Una vez más, nada de esto es orgánico. Es una operación de influencers pagados. Sepan eso. Las celebridades que no están recibiendo pago probablemente estén recibiendo pago de otra manera porque están en una lista de [Jeffrey] Epstein o en una lista de las fiestas de Diddy o en ambas», dijo Junior en su pódcast, ese púlpito contemporáneo que seguramente han infravalorado los demócratas y los famosos que apoyaban a Harris. «Todos vimos cómo Diddy es arrestado por arte de magia y, de repente, todo el mundo apoya a la demócrata, así de la nada», continuó. Obviamente, Donald Trump Jr. no proporcionó ningún dato que sustente su teoría de la conspiración.
Donald Trump y Combs también han sido fotografiados juntos en varias ocasiones, pero el empresario y político republicano perdió el apoyo del artista durante las elecciones presidenciales de 2020, cuando respaldó a Biden para presidente de Estados Unidos. En ese momento, y en todo un alarde de cinismo, Combs dijo que el pensamiento de Trump era peligroso, alegando que su presidencia empeoraba la vida de los miembros de las comunidades negras. El rapero fue arrestado en septiembre por cargos de tráfico sexual y crimen organizado.
El final de campaña fue sobrecogedor. Mientras Kamala Harris encabezaba un evento repleto de estrellas en Filadelfia con artistas de la talla de Lady Gaga, Oprah Winfrey, Ricky Martin y los héroes locales The Roots, Donald Trump se ponía al frente de un equipo de sonido para ofrecer una incalificable sesión de DJ de dos horas con sus canciones favoritas antes de ponerse a hablar a una audiencia tan estupefacta como entregada.
Trump tenía el apoyo de Hulk Hogan, un caduco y hormonado personaje de la lucha libre americana, mientras Kamala Harris tenía a Taylor Swift, probablemente la artista más poderosa e influyente a nivel mundial en estos momentos. Y ganó, prácticamente arrasó, el candidato sin glamour para cumplir su venganza contra el mundo celebrity que tanto detesta.