Aunque se estima que 75 millones de personas ya votaron de manera anticipada para las elecciones presidenciales, más de la mitad del parte electoral previsto (244 millones) lo hará a lo largo de este martes 5 de noviembre a través de los 50 estados del país.
Conforme a los criterios de
Dado lo apretadas que han estado las encuestas, el resultado de la batalla entre Kamala Harris y Donald Trump por la presidencia de Estados Unidos es bastante incierto y podrían pasar varios días antes de que se conozca un ganador.
Una noticia que en el pasado ciclo electoral, en el 2020, solo se confirmó hasta el sábado siguiente.
Eso, en gran parte, porque en Estados Unidos cada estado tiene su propio sistema electoral, con normas particulares para el conteo de los votos.
Pensilvania, Míchigan o Wisconsin, el llamado “muro azul” porque solían favorecer a los demócratas hasta que se voltearon por Trump en el 2016 y luego hacia Biden en 2020
Por supuesto, la atención estará puesta en los siete estados indecisos -Pensilvania, Míchigan, Wisconsin, Arizona, Nevada, Carolina del Norte y Georgia- que son donde se definirá al ganador.
Pero, cada uno de ellos tiene horas distintas en sus cierres de votación y entregan los resultados de manera diferente.
Por ejemplo, Pensilvania, que es visto como la joya de la corona en estos comicios y donde están en juego 19 votos ante el Colegio Electoral, solo comienza a realizar el conteo de su voto anticipado el mismo día de las elecciones. Y en el pasado han tardado hasta cuatro o cinco días en producir un resultado final.
Así las cosas y, si como lo predicen las encuestas la contienda está tan apretada que dependerá de Pensilvania, el resultado podría tardarse días en conocerse.
Sin embargo, hay “pistas” que irán saliendo a medida que se conozcan los resultados y que podrían recortar ese tiempo y acelerar la declaración de victoria de Harris o Trump.
De los siete estados bisagra, los primeros en cerrar sus puestos de votación la noche del martes son Georgia y Carolina del Norte (a las 7:00 y 7:30 p. m. hora colombiana). Por eso, sumado a que una gran mayoría vota anticipado en estos estados y ese conteo se inicia desde antes, el resultado parcial se podría conocer antes de la medianoche o mucho antes. Y, dependiendo de cómo vaya el conteo, será una señal de si esta, como se ha predicho, va a ser una contienda definida por centímetros o una que se resolverá por metros.
Si Harris va adelante en Georgia o Carolina del Norte, sus opciones de llegar a la Casa Blanca crecerían de manera sustancial, pues se supone que la victoria de estos dos estados son casi existenciales para Trump debido a que suelen ser más republicanos en su voto (Biden es el único demócrata que ha ganado Georgia en más de tres décadas).
Y, aunque eso no le garantizaría la victoria, sí le abriría muchos caminos para obtener los 270 votos al Colegio Electoral que necesita como mínimo para llegar a la presidencia.
Pero, un escenario contrario, es decir que Trump logre una clara ventaja inicial en Georgia y Carolina del Norte, le cerraría la ruta del sur a los demócratas y necesitarían de un triunfo en los tres estados del norte para llegar a la presidencia. Es decir, Pensilvania, Míchigan o Wisconsin, el llamado “muro azul” porque solían favorecer a los demócratas hasta que se voltearon por Trump en el 2016 y luego hacia Biden en 2020.
Bajo este escenario, la noche podría tornarse larga, pues Míchigan, al igual que Pensilvania, suele tomarse su tiempo a la hora de contar. En las elecciones pasadas, a la medianoche Míchigan solo había contabilizado el 50 por ciento de sus votos.
Por eso, dependiendo de lo que pase en los estados del sur (Georgia y Carolina del Norte), los ojos se tornarían hacia Wisconsin, el tercero de los estados del norte junto con Pensilvania y Míchigan, y donde el resultado de la votación sí suele conocerse con rapidez. Así las cosas, si Trump tiene claras ventajas en el sur y aparece adelante en Wisconsin, las opciones de Harris para la presidencia se reducirían de manera dramática.
Bajo ese panorama, la demócrata no solo necesitaría victorias en Pensilvania y Míchigan (donde las encuestas la ponen ligeramente adelante) sino triunfos al oeste, en Arizona y Nevada, donde Trump luce como favorito -en Arizona- y empatados en Nevada.
Pero, si Harris se lleva Wisconsin, sería Trump el que comenzaría a temblar, pues estos tres estados del norte tienen una composición demográfica similar y suelen votar de manera muy parecida.
Por supuesto, hay muchos otros escenarios posibles. Uno de ellos -altamente viable- es que en varios de estados las diferencias sean tan mínimas que sea necesario hasta esperar el resultado de los votos en el exterior -algunos de los cuales se envían por correo y tardan en llegar más- o el de las llamadas “balotas provisionales“, que obedece a personas que pudieron depositar su voto el día de las elecciones, pero no es seguro si su sufragio será contado pues hubo un problema con su registro.
Una razón adicional para que los estadounidenses y el mundo se armen de paciencia mientras los funcionarios terminan su trabajo.
Una situación que no será nada fácil de llevar. En 2020, Trump se declaró ganador a las 2:00 a. m. de la madrugada del miércoles después de las elecciones y cuando el conteo aún no había finalizado. Es muy probable que lo haga nuevamente esta vez, si va adelante, o declare fraude si se siente perdedor.
Una situación que se complejiza más cuando en Estados Unidos son los medios de comunicación los que declaran el ganador de cada estado y de la presidencia basados en proyecciones -oficialmente, los estados tienen hasta el 11 de diciembre para certificar el resultado- lo que le añade aún más telarañas a un proceso que tiene a los estadounidenses con los pelos de punta y que desde ya se habla de una posible ola de violencia si no gana el candidato de su predilección.
Pronto lo sabremos.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
Washington