La escritora estadounidense Jessica Pierce asegura que existen beneficios psicológicos y emocionales de tener un amigo peludo durante la madurez.
Publicado por Paula Manso
Periodista especializada en gastronomía, lifestyle y actualidad
Creado: Actualizado:
Todos hemos escuchado, en los últimos años, estudios que avalan los múltiples beneficios de que un perro conviva con un bebé o con un niño. Además de aprender valores como la responsabilidad o la fidelidad, también tiene múltiples beneficios en el sistema inmunitario del pequeño. Es importante saber que entender a tu perro es esencial para mejorar la relación con él. Esta comunicación ayuda a saber que las mascotas benefician a sus dueños en el plano emocional y mental. La escritora Jessica Pierce nos lo cuenta en su libro ‘¿Qué es un buen perro?’, de Pinolia.
Cada vez son más los hogares que comparten el día a día con perros de compañía, escogiendo hasta la raza de perro más curiosa del mundo. De esta forma, se plantean nuevos retos para ambas especies y nuevas formas de convivencia. Antes, los perros servían como guardianes de la casa, sin ningún cometido más allá de la protección. Ahora, la autora estadounidense pretende transmitir entre sus páginas, cómo la convivencia con un perro ha ido más allá de la protección y cómo puede enriquecer el bienestar emocional de las personas.
Descubre los múltiples beneficios que pueden llegar a tener las mascotas cuando conviven con un adulto. Ella, principalmente los denomina como “terapeutas y antidepresivos de peluche”. A continuación, tienes hasta cinco beneficios que destaca Jessica Pierce cuando convives con un perro de compañía.
Cinco beneficios que puede hacer tu perro por ti
Cuando una mascota llega a nuestros hogares, se convierte en un familiar más. A pesar de que existe un aislamiento de la mascota sobre el mundo, convirtiendo su mundo en unidimensional y “llevando una vida aislada y privada de estímulos sensoriales e interacciones de comportamiento de la especie”, existen múltiples beneficios que ayudan tanto al dueño, como a la mascota a vivir y mejorar emocionalmente como adulto.
Los perros pueden llegar a ser verdaderos terapeutas y antidepresivos de peluche
Uno de los principales motivos por los que es beneficioso tener una mascota, es el apoyo incondicional y la seguridad emocional. La experta los denomina “terapeutas y antidepresivos de peluche”. Mucha gente adquiere perros para apoyo emocional. A día de hoy, se ha demostrado que se puede tener una sincronía entre humano y animal, “gracias a las capacidades empáticas de los caninos”, asegura en su libro.
El trabajo emocional del perro le puede estar pasando factura, ya que absorben la desesperación humana, afectando a su estado de ánimo. Es por ello, que la experta ofrece la posibilidad de “leer” sus comportamientos, a través de un etograma. Este estudio casero permite “ver a nuestros perros con más claridad”. Al observarlos podemos descifrar si duermen bien, si juegan suficiente o si realmente son felices con la vida que les estamos ofreciendo.
Mantener una relación afectiva entre humano y perro aumenta el cuidado emocional
En el libro se habla de una relación de humano-animal. Un perro mantiene una relación afectuosa con una persona, proporcionando diversos cuidados, como la protección frente a daños, cuidado de las heridas físicas -cuando tu perro lame tus heridas-. Aunque, también, cuidados emocionales.
Este último se suele exteriorizar cuando nuestro perro se acerca y crea un contacto físico cuando siente la angustia de su dueño. En cierta medida, la autora cree que “el deber que sienten los perros de cuidar a los humanos es una respuesta fisiológica”. Surge porque el animal crea una relación de apego con el humano y aparece en el animal una sensación de deber por cuidar de su compañero.
Se crea una responsabilidad ética entre los dos individuos que componen la relación
Muchas veces nos preguntamos “¿Cómo es ser un perro?”, queriendo saber qué es lo que se les pasa a nuestras mascotas por sus mentes. Esto hace que se cree un ejercicio de empatía que une a las dos partes de la relación. Conocemos a nuestro perro porque le observamos desde distintas perspectivas que hacen una idea general de cómo actúa, piensa y reacciona un perro.
A su vez, cuidar a un perro implica una responsabilidad ética, donde la empatía y la capacidad de respuesta son esenciales para que el perro esté bien y el humano también.
Los perros nos hacen fomentar la paciencia
Normalmente, cuando un perro forma parte de la familia, el fin es que el animal se convierta en una mascota dócil, por lo que acudir a adiestradores y técnicas de adiestramiento están en los planes de sus dueños. De hecho, uno de los “problemas de comportamiento” que pueden aparecer es cuando el animal se expone a un estado de miedo prolongado, mermando su calidad de vida y poniendo a prueba la paciencia del cuidador.
Por lo que, la paciencia se desarrolla de manera exponencial cuando un perro llega a nuestra vida en la adultez. Se abordan, mediante la paciencia, los problemas psicológicos y de comportamiento que los perros pueden desarrollar a lo largo de su vida. Muchos de estos miedos se desarrollan por “la falta de atención a la delicadeza de criar un cachorro” o por “el apego inseguro con el que crecerán por miedos y ansiedades no tratadas a tiempo”, asegura la experta.
La actividad física que se hace con los perros, reduce el estrés de las personas
Uno de los principales problemas que están presentando las mascotas es la falta de espacio para que los perros desarrollen su olfato, corran y desarrollen habilidades sociales con otros perros. Por ello, es muy importante salir con tu perro a la calle, a explorar el mundo que os rodea. Uno de los beneficios que destaca la filósofa es el aumento de actividad física que experimenta un adulto cuando tiene a un perro como mascota.
Ya hay estudios que avalan que hacer ejercicio tiene beneficios físicos, como la reducción de enfermedades cardiovasculares. Pero, también es cierto que reduce el estrés, ya que aumentan las endorfinas, que son las hormonas encargadas de hacernos sentir bien.
En definitiva, el libro recoge los beneficios que aparecen cuando convivimos con un perro. Se enriquece la vida de los que conviven con él y este tipo de relación se convierte en una fuente de apoyo emocional que, como hemos comprobado, abarca diversas actividades en el día a día de nuestro perro.
Según Pierce, convivir con nuestra mascota, no solo nos hace mejores personas, sino que transforma nuestra vida al darnos apoyo incondicional, aprender a cuidar y a ayudar el uno al otro durante la adultez.