Los riesgos de llevar a cabo este tipo de dieta incluyen deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular, trastornos digestivos y el efecto rebote, donde se recupera el peso perdido rápidamente. En este sentido, suelen ser insostenibles y ponen en riesgo la salud general, ya que no brindan una nutrición equilibrada.
Con la llegada del verano, muchas personas buscan rápidamente perder peso a través de dietas extremas que prometen resultados rápidos. Sin embargo, estas prácticas no solo pueden poner en riesgo la salud, sino que suelen tener efectos temporales. En Chile, según la última Encuesta Nacional de Salud (2017) un 39.8% de la población tiene sobrepeso, un 31.2% tiene obesidad y un 3.2% tiene obesidad mórbida. Es decir, casi tres de cada cuatro chilenos presentan algún grado de malnutrición por exceso, cifra que aumentó diez puntos porcentuales desde 2010, cuando se registró una prevalencia de 64.4%.
«Las dietas extremas pueden generar deficiencias nutricionales al eliminar grupos enteros de alimentos, lo que compromete la ingesta de nutrientes esenciales como vitaminas y minerales. Además, se puede perder masa muscular, lo cual afecta negativamente el metabolismo y dificulta el mantenimiento del peso a largo plazo», explica Chris Pefaur, nutricionista de Laboratorio Nutrapharm.
Riesgos de las dietas extremas
Numerosos estudios han demostrado que las dietas extremas pueden ser contraproducentes. Los riesgos incluyen deficiencias nutricionales, pérdida de masa muscular, trastornos digestivos y el efecto rebote, donde se recupera el peso perdido rápidamente. Estas dietas suelen ser insostenibles y ponen en riesgo la salud general ya que no brindan una nutrición equilibrada. De hecho, según una encuesta realizada por la Universidad Central, el 15% de los chilenos reconoce que recurre a dietas estrictas. «Es importante considerar que el cuerpo necesita adaptarse lentamente a los cambios para mantener un equilibrio metabólico adecuado», añade la nutricionista.
Consecuencias adicionales de las dietas extremas
La restricción de alimentos puede llevar a comportamientos como la obsesión por contar calorías, comer a escondidas, atracones, compararse más con los demás y con uno mismo respecto al cuerpo y la comida, sentir vergüenza al comer alimentos prohibidos frente a otros, y tener pensamientos obsesivos sobre cómo compensar. Esto significa que la comida ocupa más espacio mental en nuestro cerebro.
Otra consecuencia común es la caída del cabello, sobre todo cuando se siguen este tipo de dietas durante varias semanas o meses. La falta de nutrientes esenciales, como vitaminas o proteínas, lleva al cuerpo a priorizar órganos más importantes, dejando de lado el cuidado del cabello y las uñas, que se debilitan. Además, puede haber alteraciones en la función intestinal, como estreñimiento o diarrea, y síntomas como dolores de cabeza, mareos y fatiga, especialmente en los primeros días o semanas de la dieta.
Recomendaciones para una alimentación saludable
Para lograr una alimentación equilibrada durante la preparación para el verano, el enfoque debe estar en la variedad y la moderación. Según las guías alimentarias, se recomienda consumir al menos cinco porciones de frutas y verduras diarias, junto con carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas saludables. Además, es esencial mantenerse hidratado y reducir el consumo de alimentos procesados.
«Una dieta balanceada es fundamental. Optar por carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas saludables ayuda a mantener la energía, la masa muscular y la salud cardiovascular, sin necesidad de recurrir a dietas restrictivas. Si necesitas ayuda extra, los productos naturales ofrecen un valioso apoyo. Suplementos como Grelix® y Okrafit® juegan un papel fundamental en potenciar naturalmente la reducción del peso corporal, cuando se combinan con una alimentación saludable y equilibrada», aconseja Pefaur. También destaca la importancia de prestar atención al tamaño de las porciones y la práctica de la alimentación consciente, que permite disfrutar de los alimentos y mejorar la relación con la comida.
Enfoque en hábitos saludables a largo plazo
Para la nutricionista del Laboratorio Nutrapharm, el éxito en la salud no se trata de soluciones rápidas, sino de desarrollar hábitos saludables a largo plazo. «Los cambios sostenibles en la alimentación y el ejercicio, son los que garantizan resultados duraderos y una mejor relación con la comida. Las dietas extremas, aunque pueden mostrar resultados rápidos, tienden a afectar negativamente el metabolismo, lo que facilita la recuperación del peso perdido. Además, es fundamental que las personas establezcan metas realistas y sostenibles, enfocadas en la salud y no solo en la apariencia física», concluye Pefaur.