No cabe ninguna duda que Raúl Taibo es uno de los actores más reconocidos y queridos de Argentina. De hecho, sus novelas cautivaron a millones de personas y marcaron a una generación de televidentes que esperaban la llegada de la noche para enamorarse de las encantadoras historias de amor que lo tenían como protagonista.
A pesar de la fama que cosecho en sus más de cuatro décadas en los medios de comunicación, el hombre debió superar momentos muy difíciles que desencadenaron un fuerte acercamiento a la religión. Finalmente, tomó la decisión de alejarse del ambiente artístico y encabezó un rotundo cambio de su rutina al incorporar la meditación y el estudio de las sagradas escrituras.
Un galán de época
Raúl Jorge Tignanelli, más conocido por su nombre artístico, Raúl Taibo, nació en una verdadera familia de artistas que desempeñó un importante paso por cine y televisión. Hijo de la célebre actriz Beatriz Taibo y hermano del fallecido actor Marcelo Olivero, lo que le dio el incentivo necesario para adentrarse en el mundo artístico desde muy joven.
Desde sus primeros años protagonizó grandes éxitos que aún hoy son recordados, como es el caso de “Dos a quererse”, Su primer protagónico; “Señorita Andrea”, donde se dio el primer beso de ficción con Andre del Boca; y “Laura Mía”, en conjunto con Soledad Silveyra.
En 1986, Raúl Taibo cobró un enorme reconocimiento a nivel internacional gracias a las telenovelas: “Venganza de mujer”, donde fue compañero de Luisa Kuliok, su carrera tomo un tinte internacional; y “Una voz en el teléfono”, considerado uno de los proyectos más importantes de la historia televisiva de nuestro país.
Amores y problemas personales que marcaron su vida
Pese al éxito y la fama arrolladora, la vida personal de Raúl Raibo siempre estuvo muy alejada de los medios de comunicación. De hecho, en 1987, mientras estaba en pareja con Pía Meritello, tuvo a su primera hija, Antonella. Luego de la separación y tras tres meses de noviazgo, en 1993, el actor se casó con Marcela Ortiz, pero duro poco tiempo y el escándalo fue enorme.
Aunque tuvo muchos años de soltero, decidió apostar al amor con una joven mujer llamada Mercedes. Sin importar la diferencia de edad, ya que el intérprete, en ese momento, tenía 62 años y su novia le llevaba más de 20 años, se convirtieron en padres de una nena que llamaron Francesca.
En medio del romanticismo, Taibo también sufrió varias perdidas familiares que le marcaron el rumbo hasta su actualidad. El primer hecho significante fue en 2004, cuando murió su hermano menor tras un terrible accidente ferroviario.
Luego de este fatal final, su madre Beatriz Taibo se retiró definitivamente de la actuación definitivamente y falleció años después. La perdida de ambas, le genero mucha tristeza al intérprete, que también vivió momentos en que su salud estuvo muy delicada porque se sometió a dos complejas operaciones del corazón.
Un presente inesperado
El proyecto televisivo final de Taibo fue “Los ricos no piden permiso” en 2016, año en que nació su hija más pequeña. Mientras que el teatro lo subió por última vez al estrellato en 2019 con “Perfectos desconocidos“, una obra dirigida por Guillermo Francella. Luego este proyecto, se alejó por completo de todo lo relacionado con el mundo artístico.
En sus momentos malos, se encontró con la vida espiritual y la meditación. De esta manera, comenzó a estudiar la biblia, disfrutar de las bondades del silencio e incluso desarrolla una rutina casi nómade, ya que ninguna persona del medio sabe cuál es su verdadero paradero.