En una contienda electoral en la que los candidatos Kamala Harris y Donald Trump se esfuerzan al máximo por distinguirse, hay un aspecto en común que ambos destacan: su fe en Dios.
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En un país donde casi dos tercios de la población se identifica como cristiana, según cifras del Pew Research Center, el tema religioso es central. Este contexto se ha visto aún más influido tras la revocación del fallo de Roe vs. Wade, que durante décadas protegió el derecho al aborto, dejando un impacto significativo en la esfera pública y en los debates de campaña.
Trump cuenta con el apoyo vocal de muchos evangélicos blancos, quienes son clave en su base electoral. El expresidente, que se define como presbiteriano, ha modificado su lema clásico de campaña, prometiendo “hacer a Estados Unidos rezar de nuevo”.
En sus discursos, Trump ha buscado atraer a estos votantes con propuestas para “recuperar el cristianismo en este país”. Sin embargo, Harris también se apoya en sus raíces religiosas, habiendo asistido en su juventud a una iglesia bautista negra en Oakland, y, según reportes de CNN, utiliza esta conexión con la fe para afianzar su base de votantes negros en los últimos tramos de la carrera.
Blancos evangélicos vs. negros protestantes
Las estadísticas muestran un panorama desigual entre las diferentes comunidades religiosas. En general, los protestantes en su conjunto apoyan mayoritariamente a Trump, con un 61 % frente a un 37 % que prefiere a Harris, de acuerdo con un estudio del Pew Research Center de septiembre.
Sin embargo, bajo esta categoría se incluyen varias denominaciones con ideas y posturas sociales diferentes. Frédéric Castel, del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Quebec en Montreal, explica que los protestantes pueden “ser opuestos en cuanto a teología y determinadas posturas sociales,” por lo que resulta esencial desagregar las tendencias dentro de este grupo.
Según él, “el significado de las inclinaciones partidistas de los grupos confesionales se nos escapará si no tenemos en cuenta cómo los grupos étnicos o raciales que los forman expresan fuertes diferencias sociopolíticas debido a sus experiencias históricas, sociología y sensibilidades”.
El apoyo de los evangélicos blancos a Trump es especialmente fuerte, con un 82 % respaldando al candidato republicano y solo un 16 % a favor de Harris. Trump, consciente de este respaldo, ha centrado su mensaje en ganarse la simpatía de este grupo, quienes también lo apoyaron mayoritariamente en su derrota contra Joe Biden en 2020. En el caso de los protestantes blancos no evangélicos, el respaldo sigue mayoritariamente a favor de Trump, aunque en menor medida (58 % contra el 41 % de Harris).
Entre los protestantes negros, el panorama cambia drásticamente: un 86 % de esta comunidad se inclina por Harris, mientras que solo un 11 % respalda a Trump, un apoyo que, según Castel, está profundamente ligado al movimiento por los derechos civiles.
En palabras de Castel, “el entorno regional es importante” para entender cómo votan los grupos religiosos: “Podemos mencionar que el voto de los católicos y protestantes históricos (lo que en inglés se define como mainline protestants, diferente a los evangélicos) puede ser un poco más a favor del Partido Republicano en el sur y el voto evangélico puede ser un poco más demócrata en el norte.”
Católicos y otras religiones
El voto católico, aunque mayoritariamente inclinado hacia Trump, muestra un margen ajustado: el 52 % apoya al expresidente, mientras que el 47 % favorece a Harris. Al analizar el voto católico por etnicidad, el respaldo cambia de forma significativa: el 61 % de los católicos blancos se inclina por Trump, mientras que el 65 % de los católicos hispanos prefiere a Harris.
“Los latinos protestantes (en su mayoría evangélicos), votan bastante más a los candidatos republicanos que los latinos católicos,” aclara Castel, quien además destaca la complejidad de la categoría de latinos, que agrupa a diversas comunidades con orígenes y contextos distintos en el país.
Entre los judíos, que representan un 2.4 % de la población de Estados Unidos, un 65 % apoya a Harris, mientras que el 34 % se inclina por Trump. Este apoyo hacia los demócratas no es nuevo: CNN señala que los judíos estadounidenses han sido tradicionalmente demócratas y políticamente liberales, aunque existen divisiones internas. Los judíos ortodoxos tienden a preferir a los republicanos, mientras que los judíos de ramas reformista y conservadora suelen alinearse con los demócratas.
Para otros grupos religiosos, como musulmanes, budistas, hindúes y otras minorías, el Pew Research Center no reporta datos específicos debido al tamaño reducido de las muestras.
El voto de los no religiosos
El segmento de quienes no se identifican con ninguna religión también juega un papel significativo en estas elecciones. Un 68 % de los no afiliados religiosos apoya a Harris, frente a un 28 % que respalda a Trump. El apoyo de los ateos es aún más contundente, con un 85 % que prefiere a Harris y solo un 13 % que se inclina por Trump.
Castel analiza el crecimiento de esta población y su impacto en el panorama electoral: “Por el momento y probablemente para los próximos años, podemos decir que el descenso numérico de los evangélicos no ayudará al Partido Republicano y el crecimiento de los no afiliados… ayudará al Partido Demócrata”. Además, entre los no religiosos, especialmente ateos y agnósticos, existe un fuerte rechazo a las leyes restrictivas sobre el aborto.
Temas claves: inmigración y aborto
La economía, la política exterior y la atención médica son temas relevantes para la mayoría de los votantes, pero la inmigración y el aborto resaltan como temas centrales entre ciertos grupos religiosos.
Según el Pew Research Center, la inmigración es una cuestión de gran importancia para casi ocho de cada diez evangélicos blancos, quienes respaldan a Trump. Por otro lado, el aborto es una prioridad para los ateos, de los cuales cerca del 75 % considera este tema como determinante en su decisión de voto. Este tema también es relevante para más de la mitad de los agnósticos, judíos y protestantes negros.
Trump ha promovido su postura dura sobre inmigración en su campaña, a menudo empleando comentarios controversiales y xenófobos hacia grupos como mexicanos, venezolanos y haitianos. En contraste, Harris ha expresado una firme oposición a las restricciones sobre el aborto que han surgido en estados republicanos como Texas tras la decisión de la Corte Suprema de revocar Roe vs. Wade, advirtiendo que los derechos reproductivos podrían estar en peligro si su oponente gana las elecciones.
Un cambio en el panorama religioso
El perfil religioso de Estados Unidos ha cambiado significativamente en las últimas décadas. En los años 90, alrededor del 90% de los adultos se identificaban como cristianos, mientras que para 2022 esta cifra cayó a dos tercios, de acuerdo con el Pew Research Center. Según proyecciones, para 2070 el número de cristianos podría continuar en descenso.
Este cambio plantea interrogantes sobre el futuro de los candidatos en el país. ¿Podría Estados Unidos tener en un futuro un candidato sin filiación religiosa? Castel ofrece una respuesta abierta: “Es el pueblo estadounidense quien debe responder eso. Pero podemos tener presentes las lecciones de la historia. En 1960, el pueblo elige a un candidato católico; en 2008, a un negro; en 2016, a una mujer (como candidata demócrata), etc.”.
MARÍA CAMILA SALAS V
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO