“No subestimen la capacidad de Joe para j***r las cosas“. La frase de Barack Obama en 2020 debe estar resonando con fuerza entre el equipo de Kamala Harris en 2024. Y es que Biden se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para la campaña demócrata. De hecho, es su peor enemigo en la recta final de campaña. Más allá de los choques entre el staff de ambos en la Casa Blanca, el presidente se las ha ingeniado para torpedear con sus meteduras de pata -e incluso con sus aciertos- a la persona que le sacó del ticket electoral.
Las incontables anécdotas que ponían en duda la capacidad de Biden para dirigir a la primera potencia del mundo y que dieron pie al golpe que puso a Kamala Harris al frente de la campaña electoral del Partido Azul continúan atormentando ahora a la candidatura demócrata. En estos momentos, en los que las desavenencias y la desconfianza entre los equipos de ambos han salido a la luz, la ayuda del presidente está siendo observada con lupa.
El último ‘servicio’ de Biden: voltear la “basura” de Hinchcliffe contra Harris
Su último servicio a la causa ha sido voltear toda la “basura” que caía sobre Trump y los republicanos por las bromas descontextualizadas del cómico Tony Hinchcliffe sobre Puerto Rico y los hispanos contra Harris, tras insultar a los seguidores del expresidente. Los intentos de la Casa Blanca por tratar de matizar las palabras del presidente han sido incluso peor, con los republicanos denunciando que la Administración “puede haber violado la Ley de Registros Presidenciales al revisar las declaraciones del presidente Biden, en las que se refirió a los partidarios del presidente Trump como ‘basura'”.
Aunque en un primer momento Harris no quiso comentar las palabras de su todavía jefe, finalmente tuvo que distanciarse de ellas viendo cómo se estaba poniendo el asunto. En menos de 24 horas, los demócratas, que se frotaban las manos mientras reafirmaban su acusaciones de racismo contra el republicano, vieron como el autogol de la campaña de Trump, que realmente estaba haciendo daño al magnate, acababa siendo un bumerán contra ellos por el desafortunado exabrupto de Biden. Para mayor escarnio, el ataque del presidente llegó justo después de un discurso de Harris presentándose como la candidata de la unidad.
Biden, el mejor proveedor de munición… para la campaña de Trump
No ha sido la única bala que Biden ha regalado a la campaña de Trump. En diversas entrevistas, el presidente ha sido muy contundente al asegurar que “kamala estaba al tanto de todo” lo que hizo su Administración. Incluso llegó a asegurar que la vicepresidente era quien estaba realmente al frente del país, en unos momentos en los que la Harris trataba de desligarse del legado de la gestión del Ejecutivo.
También fueron munición para Trump las reiteradas llamadas de Biden para meter en prisión a su antecesor en el cargo. Por mucho que matizase que se refería a “encerrar políticamente” al republicano, tanto Trump como sus seguidores se apresuraron a señalar la instrumentalización de la Justicia por parte de la Administración para perjudicar su candidatura.
Sorprendente, cuando menos, fue también la desautorización pública del presidente a Kamala en sus críticas al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por su gestión tras el devastador paso del huracán Helene por el Estado Soleado y, sobre todo, por no cogerle el teléfono. Lejos de dar la razón a su compañera. Biden elogió la gestión de DeSantis y su disponibilidad para poder contactar con él. De hecho, llegó a darle su número personal dada la sintonía entre ambos.
Incluso los últimos éxitos de Biden han hecho daño a Harris
Pero es que incluso los últimos éxitos del presidente han resultado una andanada a la línea de flotación de Harris, que se ha visto excluida de ellos. Es el caso del fin de la huelga de los estibadores, en la que todos los focos se centraron en la gestión mediadora del presidente.
Por otro lado, tampoco puede decirse que Kamala haya hecho mucho por incluir a Biden en la campaña. Más bien al contrario, algo que el presidente ha lamentado en su círculo más cercano. Sus apariciones juntos son casi anecdóticas, frente a las numerosas fotografías de la candidata demócrata con los Obama, que están apoyando de manera intensiva a Harris en la recta final de campaña.