La Asociación Española de Pediatría (AEP) ha manifestado este jueves su “solidaridad” con las familias afectadas por el paso de la DANA. Además, alertan del impacto que las inundaciones y otros fenómenos climáticos extremos pueden ocasionar sobre la salud física y mental de los menores.
La AEP ofrece, a través de su Comité de Salid Medioambiental, recomendaciones específicas con el fin de proteger el bienestar de los menores ante el impacto de las riadas, que están basadas en un informe exhaustivo que ha revisado las evidencias científicas sobre el impacto en la salud infanto-juvenil a corto y largo plazo de este tipo de fenómenos y un estudio que se realizó en 2019 tras las DANAs que afectaron a varias poblaciones de la Región de Murcia, en la zona del Mar Menor.
El citado estudio del CSM-AEP se llevó a cabo en colaboración con la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca de Murcia, y se centraron en investigar el impacto en la calidad de vida relacionada con la salud en 1.100 escolares de 7 a 18 años, residentes en la ribera litoral de Los Alcázares, zona especialmente afectada por las inundaciones de septiembre de 2019.
En los resultados, se evidenció una alta incidencia de enfermedades infecciosas como gastroenteritis y problemas respiratorios, todo ello debido a la exposición a aguas contaminadas y moho en viviendas afectadas, polvo en suspensión de los lodos secos, además de síntomas de estrés y ansiedad en los menores.
Alrededor del 14% de los escolares reportaron problemas respiratorios, como asma y otros problemas, a consecuencia o agravados por las inundaciones y la humedad persistente en las viviendas. También el polvo en suspensión, al secarse el lodo, se mantuvo presente durante varios meses.
Por su parte, el 11% de los participantes sufrió episodios gastrointestinales, y un 9% experimentó picaduras de mosquitos agravadas ante la presencia de agua estancada. Con estos datos, las consultas médicas aumentaron, sobre todo entre aquellos con enfermedades crónicas previas, como asma.
Los menores son especialmente vulnerables en estas situaciones de emergencia
El informe ‘Impacto de las inundaciones en la salud de la infancia y adolescencia: un enfoque ambiental y comunitario’ está dirigido especialmente a los pediatras y profesionales sanitarios de Atención Primaria, a las familias y comunidades que viven en zonas inundables y a los alcaldes y gestores sanitarios. “Es crucial recordar que los menores son especialmente vulnerables en estas situaciones de emergencia, tanto por las secuelas físicas que pueden desarrollar al estar expuestos a ambientes contaminados, como por el impacto emocional de vivir estas catástrofes”, destaca el doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP y uno de los autores del documento.
“La solidaridad y el apoyo a estas familias deben acompañarse de una atención cuidadosa a la salud infantil y de una preparación adecuada para abordar estos problemas en el corto y largo plazo”, añade. En el documento aparecen detallados los efectos a corto y largo plazo, a partir de los 6 meses, así como los problemas medioambientales a los que se enfrentan los pediatras de Atención Primaria y las familias de zonas inundadas.
Tras las inundaciones, lo preciso es prestar especial atención a la seguridad e integridad física y a problemas como la potencial contaminación de las aguas, la presencia de moho en las viviendas, intoxicación por monóxido de carbono por uso de generadores y otros dispositivos y contaminación por metales pesados, asbestos y otros productos químicos.
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