La segunda edición del Festival Internacional de Cine de la UBA cerró el martes por la noche con éxito de público. Se le entregó el máximo galardón al director, guionista y escritor Alejandro Agresti por el film Lo que quisimos ser -que se estrena este jueves en cines- en la categoría Mejor Largometraje de la Competencia Internacional. El cineasta explicó que “la película habla de que una relación romántica perdura si cada parte deja a la otra ser lo que hubiera deseado, si en complicidad ambos se ayudan y alientan a hacer factibles sus ilusiones más íntimas” . También expresó: “Voy a recordar este premio con mucho cariño por el ámbito en que se dio y por este momento en el que la Universidad necesita nuestro apoyo. Tenemos que defender al cine argentino que es tan nuestro y nos hace crecer y nos identifica”, sostuvo el director argentino llamando a valorar tanto al cine nacional como a la universidad pública.
La ceremonia contó con la presencia y participación del decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Carlos Venancio, el director general del Festival, Ricardo Alfonsin, la directora institucional, Paula Quattrocchi y el director artístico, Marcelo Altmark. En el Aula Magna de FADU, colmada de autoridades de la casa de estudios, jurados, artistas, invitados, representantes de la industria audiovisual y alumnos, la Universidad de Buenos Aires otorgó las premiaciones de la presente edición.
“Este festival fue emocionante por el contexto en el que transcurre y por el apoyo del público, la comunidad universitaria y las figuras más importantes de la cultura y el cine, que vieron en el FIC.UBA una oportunidad para defender y acompañar a la universidad pública”, dijo Ricardo Alfonsin.
En la categoría Mejor Largometraje de la Competencia Internacional, además del premio a la película de Agresti, se entregaron dos menciones especiales. La Primera Mención fue para La vida en un tornado (Argentina), de Vanesa Farabella. El film viene a clarificar un equívoco: a diferencia de lo que muestran las películas de aventuras o de catástrofe, los cazadores de tormenta no son aventureros que manejan camionetas a toda velocidad entre lluvias y relámpagos sino, sencillamente, doctores en Ciencias Meteorológicas. Pero no por eso su actividad debe considerarse menos espectacular o cinematográfica. Estos trabajadores silenciosos, fundamentales para comprender el comportamiento del clima y sus consecuencias en la vida cotidiana, siempre tuvieron un modelo a seguir en sus carreras: la doctora María Luisa Altinger de Schwarzkopf, primera alumna y licenciada en Meteorología de la UBA. La vida en un tornado viene a subsanar lo poco que se conoce acerca de su obra y legado.
La Segunda Mención fue para Fotogénico (Francia), de Benoît Sabatier y Marcia Romano. Se trata de una película sobre la muerte, pero despojada de todo el sentimentalismo y la solemnidad que suele traer aparejada esta circunstancia traumática. Tras filmar una trilogía de películas sobre Marsella hace ya más de diez años, Romano y Sabatier regresan para retratar la escena rockera de la ciudad francesa. Con una sencilla y lúdica premisa como disparador, la dupla de cineastas construye su nuevo largometraje alrededor de Raoul, un hombre que intenta conocer mejor la vida de su hija recientemente fallecida. Mientras visita cada uno de los sitios que ella frecuentaba, el ingenuo padre se entera de que la joven ocupaba su tiempo en salir a divertirse por distintas fiestas y tocar con su salvaje banda llamada Fotogénico.
En la categoría Competencia Iberoamericana de Cortometrajes, el premio fue para Río blanco (Argentina), de Santiago Haddad, con una historia de un hombre que en su afán por cazar un cerdo, se encuentra atrapado en el cerro. Fue elegido por demostrar “un dominio del lenguaje cinematográfico que revela el talento de un director que sabe mirar”, según la fundamentación del jurado. El Mejor Cortometraje de la Competencia de Cortos UBA fue Doble exposición, de Efrem Velasco. El premio para la Mejor Dirección Cortos UBA fue para Zombies en Buenos Aires, de Tony Cueva.
La ceremonia tuvo dos homenajes. El primero fue al director, guionista y productor Daniel Tinayre, a treinta años de su muerte. Luego de la proyección de un fragmento de la histórica entrevista con el realizador y guionista Oscar Barney Finn, Marcela Tinayre, hija de Daniel y de Mirtha Legrand, recibió el reconocimiento en nombre de su padre. “Hace mucho tiempo que no pasaba lo que sucedió esta semana con mi mamá y mi papá. Esta es la primera vez que le hacen un homenaje a mi padre. Gracias por estos días que nos hicieron vivir”, afirmó Marcela Tinayre ante la sala del Aula Magna de FADU.
Presentado por el periodista Carlos Morelli, el segundo reconocimiento de la tarde fue a la productora Argentina Sono Film, responsable de grandes clásicos de la época dorada del cine argentino. El premio fue recibido por su actual presidente Luis Scalella, quien remarcó la importancia de la restauración y el cuidado del catálogo de la productora: “Las obras maestras de la Sono no tienen que estar ocultas. No restauramos las películas para ganar dinero, sino para cuidar nuestro acervo cultural y patrimonial. Por eso me da mucha alegría que se puedan ver, porque hay que hacer que la gente vuelva a ver cine en el cine”. Además, Scalella anticipó que cinco películas de la dupla Tinayre-Legrand están en proceso de restauración.
Durante esta segunda edición de FIC.UBA, dedicada a la memoria de Manuel Antín, más de 25 mil espectadores celebraron la programación del festival que, además de las películas en competencia, incluyó importantes retrospectivas que homenajearon a los tres Doctorados Honoris Causa de la UBA para Mirtha Legrand, el director y productor Héctor Olivera y la cineasta franco-iraní Marjane Satrapi.
Hubo un convocante ciclo de cine de Terror a Cielo abierto donde se proyectó la filmografía de Demián Rugna y el Seminario de Cine con clases magistrales en el Aula Magna de FADU, dictados por Daniel Burman, Luis Ortega, el grupo Little Spain, Leonardo Sbaraglia, Diego Lerman, Marjane Satrapi, Diego Cagide, Diego Lucero, Nicolás Couvin (directores y productor de Robotia), Gonzalo Gutiérrez (director de Gigantes), Jorge Pinarello y Demián Rugna, que colmaron de estudiantes la capacidad de la sala en cada encuentro.
El FIC.UBA también celebró los cincuenta años de La Patagonia Rebelde, de Héctor Olivera, a través de un ciclo homenaje de su filmografía donde el cineasta y productor disfrutó en cada proyección del encuentro con un público jóven y entusiasta.