Si la pasada temporada fue dura para Sergio Pérez, el presente curso no se queda atrás. El mexicano se ha ido apagando a lo largo del año. Su inicio de temporada fue bueno, aunque las victorias de su compañero de equipo empañaron un poco sus actuaciones, pero encarando ya la recta final de año, la posición del piloto de Red Bull está a años luz de lo que esperan en el equipo energético. Tras el GP de su casa, en el Autódromo Hermanos Rodríguez, Pérez ocupa la octava posición del Mundial de pilotos a un mundo de Max Verstappen. El neerlandés lidera la tabla 212 puntos por encima del mexicano, que solo archiva 150 a falta de cuatro carreras para el final de año (dos de ellas serán fines de semana al esprint). Y, de hecho, su bajón de rendimiento se suma también al del coche, lo que ha hecho que la marca sea ya tercera en un Mundial de Constructores que Ferrari y McLaren pelean con uñas y dientes.
Es por eso que el Checo Pérez vuelve a estar en el punto de mira. Lo cierto es que siempre ha sido el señalado de Helmut Marko, asesor de Red Bull, pero su falta de resultados es ya tan evidente que incluso el director de Red Bull, Christian Horner, ha asegurado que no tardará en tomar cartas en el asunto si esto sigue así. Es decir, su asiento está en peligro, aunque la propia marca haya anunciado el pasado mes de junio la renovación del mexicano hasta 2026. Entonces, la puerta de Carlos Sainz al equipo energético se cerró del todo. Sin embargo, la repentina salida de Daniel Ricciardo tras Singapur deja claro que Red Bull no se lo toma en broma y, si no hay resultados, no queda otra que actuar. Lo sabe bien también Liam Lawson, quien está ocupando el asiento del australiano en el Visa Cash App y que, en vista del bajón de Pérez, puede ver una oportunidad de seguir ascendiendo dentro del equipo. Aunque puede que su actuación del pasado fin de semana, precisamente con el mexicano, deja un poco que desear al pecar con un optimismo desmesurado. Pérez acabó 17º tras una batalla con el rookie en la que llegaron a tocarse.
Incidentes aparte, Christian Horner, director de Red Bull, valoró ante la prensa el fin de semana de su piloto, sin confirmar si el asiento del mexicano está asegurado para la próxima temporada: “Checo tuvo un fin de semana horrible, nada le ha ido bien. Él sabe que la F1 es un negocio basado en los resultados e inevitablemente cuando no estás cumpliendo el foco está firmemente sobre ti. Siempre va a haber un escrutinio al respecto. Necesitamos que ambos coches sumen puntos”.
Y advierte de que puede que tenga que tomar duras decisiones si no ve reacción en pista: “Llega un momento en el que hay que tomar decisiones difíciles. Ahora mismo, somos terceros. Nuestro objetivo es volver a una posición donde podamos ganar, pero será una tarea difícil en las próximas cuatro carreras (Brasil con esprint, Las Vegas, Qatar al esprint y Abu Dhabi)”. “Desde el punto de vista del equipo, trabajamos con Checo todo lo que podemos para apoyarle. Creo que hemos hecho todo lo posible para apoyarle y vamos a seguir haciéndolo en Brasil el próximo fin de semana”, zanja el directivo, sin mojarse más en lo que pueda pasar durante las próximas semanas.