A la sombra del conflicto entre Irán e Israel, muchos iraníes tienen expectativas ante el resultado de las elecciones en Estados Unidos. Al ser el aliado más importante de Israel, una intervención militar directa de EE. UU. en el conflicto podría tener consecuencias devastadoras para Irán.
En conversaciones privadas, y también ante los medios, muchos iraníes expresan su deseo de que el candidato republicano, Donald Trump, sea el próximo presidente estadounidense. Lo consideran un líder fuerte que está condiciones de enfrentar problemas. Una victoria de la candidata demócrata, Kamala Harris, por el contrario, significaría la continuidad del statu quo en la política de EE. UU.
“Bajo la enorme presión del empeoramiento de la crisis económica, muchos iraníes quieren un cambio fundamental. Muchos de ellos ven a Donald Trump como alguien que podría acabar con el sistema político de la República Islámica en Irán”, explica la periodista política Fariba Pajooh, en entrevista con DW.
Pajooh trabajó para periódicos reformistas en Irán y emisoras como Euronews durante más de 15 años. Actualmente es doctoranda en la Universidad estatal de Wayne, Estados Unidos, donde investiga en el área de Comunicaciones. “Las declaraciones de Trump se perciben selectivamente no sólo en Estados Unidos, sino también en Irán. Muchos iraníes creen que podría derrocar al régimen en Irán. Trump enfatiza a menudo que prevenir una bomba nuclear iraní es su principal prioridad”, explica Pajooh.
Durante la escalada del conflicto entre Irán e Israel, Donald Trump, en contraposición con el presidente Joe Biden, se pronunció a favor de un ataque de Israel a las instalaciones nucleares iraníes. Irán ha advertido a Israel que no ataque sus instalaciones nucleares, amenazando con duras represalias si lo hace.
Escalada en el conflicto Israel-Irán
“Para atacar con éxito todas las instalaciones nucleares de Irán, Israel necesitaría el apoyo de Estados Unidos”, dice a DW Sina Azodi, docente de la Escuela de Asuntos Internacionales Elliott, en Washington. Azodi ha investigado sobre el programa nuclear iraní, y dice que, como las instalaciones nucleares de Irán se encuentran en diferentes búnkeres subterráneos, es difícil destruirlas por completo. “Pero el Gobierno estadounidense quiere evitar implicarse en una guerra poco antes de las elecciones”, añade.
La guerra no declarada entre Irán e Israel ha alcanzado un nuevo nivel de escalada en los últimos tiempos. El 26 de octubre, un mes después de que Irán lanzara ataques con cohetes contra Israel, Israel contraatacó destruyendo objetivos militares en Irán, concretamente instalaciones para la producción de misiles, según informó el Jerusalem Post. Los ataques tenían como objetivo eliminar las defensas aéreas de Irán y perjudicar a largo plazo la capacidad del país para desarrollar misiles balísticos adicionales.
Israel ha demostrado a Irán su capacidad militar al atacar más de 20 posiciones militares iraníes. Y eso es lo que EE. UU. quiere ver: que Israel envía un mensaje claro, esperando que Irán lo entienda para evitar otras escaladas, dice Alex Vatanka, director fundador del Programa para Irán del Instituto de Oriente Medio (MEI), en Washington. Dado que Irán calificó el ataque de Israel de “pequeño”, con “daños limitados”, eso podría significar que Teherán da esta ronda de ataques por terminada, explica Vatanka a DW.
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¿Paz en Medio Oriente con Trump como presidente de EE. UU.?
Todavía está por verse qué pasará luego de las elecciones estadounidenses. “Si gana Kamala Harris, su Gobierno tratará, probablemente, de lograr acuerdos temporales con Irán”, dice Sina Azodi. Harris defendió en el pasado el acuerdo nuclear del Partido Demócrata durante la administración Obama. Y, como vicepresidenta de Biden, apoyó siempre los esfuerzos por revivir el tratado, pero sin éxito.
“Si Donald Trump resulta vencedor, podría alcanzar cambios fundamentales en las relaciones entre EE. UU. e Irán”, añade el investigador. “Trump tiene el potencial de unir a todos los críticos de Irán en el Partido Republicano para llegar a otro acuerdo con Irán”. Trump dijo la semana pasada al canal Al Arabiya que incluirá a Irán, con al menos una decena de otros países, en los Acuerdos de Abraham. “Los Acuerdos de Abraham se firmaron durante mi presidencia”, afirmó, y enfatizó: “Nadie pensó que eso fuera posible”. Los acuerdos estuvieron entre sus mayores logros.
Los Acuerdos de Abraham, firmados en septiembre de 2020 en la Casa Blanca, normalizaron las relaciones entre Israel, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y luego también Marruecos. Trump ahora dice que la paz en Medio Oriente sería posible bajo su liderazgo. Ampliar el acuerdo implicaría un realineamiento importante, ya que Irán, el mayor adversario regional de Israel, y Estados Unidos se convertirían en aliados.
El futuro demostrará si la cúpula de la República Islámica aceptaría un gran acuerdo con Trump como presidente. Todavía no tiene respuesta al creciente descontento de la población debido a las sanciones y la presión política del exterior. Una próxima escalada del conflicto con Israel, que dispone de armamento de última generación, gracias a sus aliados occidentales, y puede contar con el apoyo del presidente Trump en caso de ser electo, podría desembocar en una guerra devastadora para Irán.
(cp/ms)