- Los expertos aconsejan reducir el consumo de las grasas saturadas y trans, sobre todo en los niños y adolescentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), lanzó el 29 de octubre una guía con recomendaciones para una dieta sana, que incluyen consumir entre un 10 a 15 % de proteínas y un 15 a 30 % de grasas en el día.
Las agencias indicaron que en el caso de los niños y adolescentes, el consumo de grasas sobre el total de aportes calóricos puede aumentar incluso un poco más, hasta el 35 %. No obstante, hicieron la aclaratoria que las grasas saturadas no deben superar el 10 %, mientras que las trans deberían reducirse al mínimo o suprimirse del todo.
¿Qué son las grasas trans y saturadas?
Las grasas trans son las que han sido modificadas artificialmente que se encuentran en alimentos procesados (chucherías, galletas, margarina y algunos productos fritos).
Las saturadas son las que se encuentran principalmente en alimentos de origen animal, como por ejemplo las carnes rojas, leche entera, queso y mantequilla.
La OMS y la FAO también sugieren que en una dieta sana, el aporte de los hidratos de carbono debe oscilar entre el 45 y el 75 %, y los azúcares no superar el 10 % del consumo calórico total. Además, aconsejan reducir la sal a 2 gramos al día.
Condiciones de una dieta sana
El informe de los entes internacionales subrayó que tanto un exceso como un déficit de los aportes de proteínas, grasas y carbohidratos puede tener consecuencias negativas en la salud.
En el caso de consumir proteínas en exceso puede haber problemas metabólicos que conlleven a un aumento de peso, y los excesivos carbohidratos suelen conducir a cambios de la glucosa en la sangre.
La OMS y FAO coincidieron en que la dieta sana debe cumplir cuatro condiciones: “adecuada, equilibrada, moderada y diversa”.
Por diversa, el informe detalló que se refiere a incluir el mayor número de tipos de alimentos y grupos alimentarios posible (carnes, pescados, vegetales, frutas, entre otros).
Con respecto a la alimentación de los bebés a partir de seis meses, aconsejaron complementar la lactancia materna con el consumo de alimentos de origen animal tales como carne, pescado o huevos.
La advertencia de los organismos fue especialmente contra el consumo de alimentos ultraprocesados, ya que consideran aumentan el riesgo de problemas de salud que van desde el cáncer, enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y la diabetes tipo dos.
De acuerdo con la guía de la OMS y la FAO llevar una dieta poco saludable puede afectar a la capacidad mental, respiratoria o gastrointestinal de las personas.
El objetivo de esta declaración, según las agencias, es promover dietas sanas que pueden ayudar a prevenir deficiencias, excesos de nutrientes, enfermedades comunicables y no comunicables, y aumentar la salud y el bienestar.
Pasos para comenzar una vida saludable
De acuerdo con la nutricionista Yesenia Gil el primer paso para comenzar una vida saludable es establecer metas realistas y alcanzables.
En una entrevista anterior para El Diario, la experta señaló que la alimentación es lo primero que se debe corregir.
Entre las sugerencias para mejorar la alimentación están:
– Agregar frutas y verduras a la dieta diaria
– Elegir cereales integrales en lugar de refinados
– Optar por proteínas magras como carnes blancas, pescados, legumbres y huevos
– Incorporar grasas saludables como las del aceite de oliva, aguacate y frutos secos
– Reducir el consumo de alimentos procesados
– Limitar el consumo de bebidas azucaradas, chucherías y productos ultraprocesados
– Bajar el consumo de grasas saturadas presentes en frituras, embutidos y comida rápida
– Disminuir la sal en las comidas
– Planificar las comidas, con un menú semanal equilibrado y variado
– Elaborar una lista de compras para evitar caer en tentaciones poco saludables
– Cocinar en casa para controlar los ingredientes y las porciones
– Comer con atención, despacio, masticando cada bocado sin distracciones
– Evitar los excesos y reconocer las señales de saciedad