Para evitar el dolor de cabeza asociado al ejercicio hay que beber mucha agua antes, durante y después, para reponer el agua y las sales minerales que el cuerpo pierde al sudar. FOTO: Getty Images.
Ejercicio
Estas son las razones por las que te duele la cabeza después de hacer ejercicio: así puedes evitarlo
El calor, la deshidratación y las caídas de los niveles de azúcar son algunas de las principales causas de las jaquecas asociadas al ejercicio. La buena noticia es que son muy fáciles de prevenir.
Por Marcos López
28 de octubre de 2024 / 13:27
No hay un solo día que no salgas a correr o vayas al gimnasio para beneficiarte de los efectos positivos que toda actividad física tiene para tu salud. Pero hay un problema: concluida tu rutina de entrenamiento, sientes un dolor punzante que taladra tu cabeza. Otra vez. No puedes más. Pero no te preocupes. Las jaquecas durante o tras el ejercicio, además de comunes, tienen fácil solución. Te contamos cómo evitar los dolores que asaltan tu cabeza mientras entrenas para que nunca, nunca, renuncies a tu ejercicio.
Adrián Rodríguez, entrenador personal, explica que «los dolores de cabeza asociados al ejercicio pueden presentarse durante o después de una actividad física intensa, caso de correr o levantar pesas. Son causadas por la rápida dilatación de los vasos sanguíneos en el cerebro, pudiendo encontrarse su origen en un ejercicio extenuante, en la deshidratación o en la práctica de técnicas de respiración inadecuadas».
Los vasos sanguíneos se dilatan para aportarte más oxígeno
Cuanto mayor es el esfuerzo físico, mayor es la cantidad de oxígeno que requieren tanto tu cuerpo como tu cerebro. Así que para garantizar que la oxigenación sea adecuada, las venas y arterias se dilatan para aumentar el flujo sanguíneo. También a nivel cerebral, lo que aumenta la presión sobre el cráneo y provoca la aparición de la odiosa cefalea. Un «dolor de cabeza primario por ejercicio» cuya duración puede oscilar entre varios minutos y un par de días y que, como ha estudiado la Universidad de Toronto, padece hasta un 26% de los adultos durante o tras la práctica de deporte.
Protégete del sol
No se trata sólo de la intensidad del ejercicio. También influye, y mucho, el dónde y el cuándo. No en vano, cuanto mayor sea la altitud, mayor será la probabilidad de sufrir una cefalea asociada al entrenamiento. Lo que igualmente sucede en caso de ejercitarse bajo el sol, que de por sí es un desencadenante común de dolores de cabeza en muchas personas, se estén ejercitando o no.
Si tienes pensado correr al aire libre en un día soleado es recomendable, como apunta Adrián Rodríguez, «que utilices gafas de sol y un sombrero o gorra con el que proteger tu cara y ojos. Y si tras ejercitarte aparece el dolor de cabeza, resguárdate en una habitación con poca luz o completamente oscura para paliar el efecto del sol».
Hidrátate adecuadamente
Pero el principal desencadenante de estas cefaleas es el calor. De cara a garantizar su funcionamiento adecuado, el organismo debe mantenerse a una temperatura constante de 35-37º C. Así que cuando los termómetros ambientales se disparan, debe poner en marcha su mecanismo natural de refrigeración: la sudoración. Transpirar líquidos –y sales– para regular su temperatura. Lo que aumenta, y mucho, el riesgo de una deshidratación que cuenta entre sus principales síntomas el dolor de cabeza. Así que toca beber mucha agua antes, durante y después del ejercicio. Mantener una hidratación adecuada en todo momento.
Aliméntate para tener energía
Las necesidades energéticas de tu organismo aumentan exponencialmente cuando lo sometes a un esfuerzo físico. Un requerimiento que incrementa la probabilidad de un desplome de los niveles de azúcar en sangre. O lo que es lo mismo, de sufrir una hipoglucemia que se acompaña, entre otros síntomas, de un punzante dolor de cabeza.
Como refiere el experto, «en caso de sufrir una caída de los niveles de glucosa en sangre debe ingerirse inmediatamente un alimento o bebida que, caso de un zumo o una fruta, sean ricos en carbohidratos. Y tras el ejercicio, es aconsejable tomar alimentos con carbohidratos complejos para prevenir una nueva hipoglucemia».
Cuidado con las contracturas de cuello y hombros
Finalmente, un apoyo o una postura inadecuada a la hora de realizar un entrenamiento en el que, como ocurre con las pesas o las flexiones, estén implicados los músculos del cuello y los hombros puede provocar una tensión muscular que derive en una cefalea. En estos casos «resulta de ayuda –concluye Adrián Rodríguez– practicar unos estiramientos suaves previos al ejercicio. Y si el cuello o los hombros ya están agarrotados, tomar un antiinflamatorio puede ser útil para destensarlos».
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