CÓRDOBA, 27 (EUROPA PRESS)
El libro ‘Los triunfos de San Rafael’, del autor Juanjo Roig, con la Editorial Almuzara, analiza la historia, devoción, rincones, curiosidades, paisaje, arte, personajes, misterios y cultos en torno a estos emblemas en la capital cordobesa.
Según destacan desde la editorial, tras padecer una devastadora epidemia, la ciudad encontró apoyo en la Iglesia, la Nobleza y el Cabildo municipal, quienes se unieron para erigir numerosos triunfos a San Rafael.
Este viaje se inició en 1651, con la construcción del primero, y culminó en 2014, con la finalización del último. Una historia de 372 años que ha legado a la ciudad monumentos únicos, enriqueciendo aún más su excepcionalidad.
Lo más destacado es cómo Córdoba ha dotado a la figura del Arcángel de una iconografía propia. En lo que respecta a sus Triunfos, San Rafael se alza en lo alto de su pedestal, con su característico nimbo, vestido con túnica, portando el bordón de peregrino, una capa o manto y calzas hasta media pierna.
En una mano sostiene un pez y en la otra, la cartela con el juramento que lo declara el custodio de la ciudad: ‘Yo soy Rafael ángel, a quien Dios tiene puesto para guardia y custodia de esta ciudad’. Para experimentar esta singular iconografía, una visita a Córdoba es imprescindible.
Al respecto, el obispo de Bangassou (República Centroafricana), el cordobés Juan José Aguirre, relata que “este libro es un tributo a la figura de San Rafael y a la ciudad que tanto lo venera, una invitación a explorar la magia y la profundidad de su legado”.
“Bienvenidos pues a un viaje por la ciudad de Córdoba a través de los triunfos de San Rafael, donde la fe, la historia y la tradición se entrelazan en una narrativa que celebra la grandeza de este arcángel, medicina de Dios”, destaca monseñor, quien ha estado presente esta semana en la presentación del libro en el Palacio de Viana de Córdoba.
EL AUTOR
En concreto, Juanjo Roig, médico cordobés licenciado por la Universidad de Córdoba (UCO) y especializado en Medicina de Urgencias, dedicó gran parte de su carrera al Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, desde 1988 hasta su jubilación.
Además de su labor médica, desempeñó un papel importante como formador y profesor en el campo de Urgencias, centrándose en la atención al Trauma Grave, víctimas en Catástrofes y emergencias Biológicas, Técnicas o Químicas.
Aunque su relación con la escritura se limitaba principalmente a comunicaciones en congresos y colaboraciones en libros médicos, tras su jubilación pudo dedicarse con más pasión a sus aficiones: la naturaleza, la dehesa de la sierra cordobesa, la edición de vídeo, la fotografía y explorar las calles de Córdoba.
De este modo, durante sus paseos redescubrió los triunfos de San Rafael, lo que despertó su innata curiosidad y lo llevó a investigar la historia de su ciudad.