Un año más, y ya van veintitrés, Carlos Fernández (Mieres, 1973) se prepara para una nueva edición del “Villa de Avilés”, una de las principales competiciones deportivas que se realizan en tierras avilesinas. A punto de celebrar sus bodas de plata, para las cuales se prometen sorpresas, el exjudoka quiere seguir colocando a su ojito derecho como uno de los motores económicos de la ciudad. Este año, como novedad, la prueba servirá como punto de encuentro para todos los actores del mundo del deporte.
–¿Cómo están siendo las semanas previas al Villa?
–Con la ilusión por bandera. Estamos preparando muchas novedades, porque cuando llevas 23 ediciones o metes cambios para que se ilusione tanto el equipo como yo mismo o te estancas. Nos sirve para tener más chispa y levantar estos últimos dos meses.
–Cuénteme alguna de esas novedades.
–El Villa está avanzando hacia los nuevos eventos que se están organizando por Europa. Queremos que sea un evento eficiente y de gestión integral, que el evento deportivo se transforme en un mundo de emociones. Que no solo haya judo. Lo que pretendemos es que sea un lugar de networking, que sea un punto de encuentro. Estamos trabajando para crear un anillo interior, aprovechando lo que nos puede dar El Quirinal, en el que habrá salas de reuniones y de negocios para que tanto los clubes como diferentes agentes y patrocinadores puedan hablar y conocerse. Quiero que este sea un Villa 2.0.
–Es una idea muy ambiciosa.
–Es algo que se ve en otros deportes, no me lo he inventado yo. El Athletic de Bilbao o el Atlético de Madrid tienen algo parecido en sus estadios.
–Además de esta novedad, ¿qué tiene de especial este Villa de Avilés?
–Estamos ante una de las ediciones más significativas del Villa. Van a venir más de 1.900 deportistas y alrededor de 4.000 visitantes. Hay gente que llegará a Asturias desde todos los rincones de España y Europa. Este año contamos con la participación novedosa de países como Costa Rica y Islandia, que, sumado al elenco de países que suele venir, hace que puntuar en el “Villa de Avilés” sea muy difícil. Nosotros trataremos de hacerlo lo mejor posible.
–¿Con qué expectativas va el club de casa, el Judo Avilés?
–Por encima de las medallas, creo que lo que estamos buscando es crear un proceso para tener judokas de un nivel superior. Los de abajo están completando ese proceso que tenemos en mente. Esta es una de las primeras pruebas y para nuestros deportistas es complicado, porque hay que saber manejar las emociones al competir en casa. Va a ser un buen punto de arranque.
–¿Se han portado bien desde el Ayuntamiento?
–El apoyo por parte del consistorio ha aumentado significativamente. Eso se une a que el Villa de por sí es autosuficiente, gracias al patrocinio privado, pero gracias a lo público el evento es sobresaliente. Nos hace darle pinceladas de color al Villa. Además, también hay apoyo humano por parte de la Fundación Deportiva Municipal, lo que hace que el Villa sea de matrícula de honor.
–Con todo esto, ¿qué se debe esperar del torneo?
–Yo espero que la gente se vaya con la misma sonrisa de siempre, que digan que Avilés es una ciudad hospitalaria y que respira deporte. También me gustaría que Avilés sonriese, que se note que durante tres días la ciudad ha pegado un pequeño tirón económico a través del judo. Con eso yo estaría plenamente contento.
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