Los expertos no se cansan de repetir que las pérdidas de orina no son normales. No tienen que suceder al toser. Ni al reírse. Ni, por supuesto, al practicar ejercicio. En todos estos casos estamos ante una incontinencia urinaria -puede variar el grado- originada por algún tipo de problema en el suelo pélvico. Una afección que afecta a una de cada cuatro mujeres, según Observatorio Nacional dedicado a ella, y que cada vez es más frecuente entre quienes realizan deportes de impacto. La doctora Zuramis Estrada, directora médica de Cimeg Madrid y ginecóloga experta en suelo pélvico, señala que aproximadamente el 20% de las mujeres físicamente activas o deportistas amateur padecen algún tipo de incontinencia urinaria.
«Aunque la mayoría (77%) niega verse afectada, cerca de un 13% sí encuentra limitación en su rendimiento deportivo«, añade. De hecho, confirma que «este tipo de casos se ven mucho más que antes en mis consultas especializadas». Entre las disciplinas que son más proclives a provocar esta afección se encuentra el running, que puede desencadenar consecuencias lesivas para el suelo pélvico y, en última instancia, pérdidas de orina.
Por qué se produce esta incontinencia urinaria
Existen hasta cinco tipos de incontinencia urinaria. De urgencia, por rebosamiento, funcional… Pero la más frecuente, y la que sufren las runners, es la de esfuerzo. «En realidad se puede presentar en cualquier deporte que tenga impacto, como también el ciclismo o el crossfit«, apunta Cristina Amores, fisioterapeuta experta en suelo pélvico de Clínica Premium Marbella. Es más, una investigación entre estudiantes estadounidenses de Educación Física dejó clara esta relación. Se les realizaba una prueba de urodinámica que mostraba que esta patología afectaba a seis de cada siete alumnas.
La doctora Estrada afirma que la causa más común entre atletas «es la fatiga que sufre el periné ante aumentos repetidos de presión abdominal«. Esa presión va debilitando los músculos del suelo pélvico provocando, a su vez, una hipermovilidad en la uretra, responsable de esas pérdidas de orina. Además, la ginecóloga recuerda que a ello hay que añadir multitud de factores de riesgo o desencadenantes: «partos vaginales previos , estreñimiento, asma bronquial, mala calidad del colágeno endógeno, cambios hormonales, malas posturas…»
Una buena prevención
Tanto la doctora Estrada como Cristina Amores insisten en que la prevención es la mejor herramienta para evitar la incontinencia urinaria entre las runners. Para ello es importante tener en cuenta que esta afección puede presentarse a cualquier edad. «Y también entre chicos y hombres», advierte la fisioterapeuta. En este sentido es muy importante controlar la respiración. «El trabajo de reeducación de la respiración abdomino-diafragmática resulta fundamental. Ya que ayudará a proteger el suelo pélvico en los gestos hiperpresivos o de esfuerzo durante la actividad deportiva», subraya la ginecóloga.
Asimismo, será de gran ayuda entrenar los músculos del suelo pélvico como tal con técnicas como los ejercicios de Kegel . «Pero aquí no vale todo. No puedes hacerlo mientras conduces, ves la tele o planchas. Porque no es válida ni cualquier postura, ni velocidad, ni tiempos de contracción etc», aconseja la doctora.
Correr con ciertas precauciones
Además de prevenir, a la hora de practicar running conviene tener en cuenta ciertos aspectos para limitar el impacto de este deporte. Evitar los terrenos más duros (como el asfalto o el carril bici); no correr en cuestas abajo; controlar la zancada; intentar que el peso no caiga sobre el talón y, por supuesto, cuidar la postura serán de gran ayuda. No significa que al seguir estas pautas se evite por completo la incontinencia, pero sí que se consigue contrarrestar esa presión que mencionaba la doctora Estrada.
Por último no hay que olvidarse de combinar la carrera con ejercicios hipopresivos o de activación del core o abdomen. «Una buena funcionalidad del transverso abdominal asegura que la musculatura del suelo pélvico está activada -y por tanto, en forma- durante esa práctica», añade la ginecóloga.
Cómo tratarlo: la eficacia de las nuevas tecnologías
Si, pese a todo, las pérdidas de orina aparecen se deben tratar. «Lo primero es someterse a una valoración profesional para a qué se deben, qué musculatura está afectada, si hay un buen tono muscular, si hay buena contracción de los músculos…», detalla Cristina Amores. Después llegará el diagnóstico. Y, en función del grado y tipo de incontinencia, la hoja de ruta a seguir. Lo habitual es combinar en consulta terapias físicas con las de energía, como la radiofrecuencia, las terapias eléctricas, la magnética focalizada o el láser. La doctora Zuramis Estrada confía de forma especial para estos casos en Empower RF, de Inmode.
«Una plataforma de radiofrecuencia con disimiles manípulos, que, en mi opinión, ha llegado para brindar un plus en la salud de la mujer y, específicamente, en la recuperación de estas disfunciones del suelo pélvico«. Para la incontinencia urinaria en mujeres que practican deporte, Estrada suele emplear el dispositivo Morpheus 8V, un manípulo de radiofrecuencia fraccionada con microagujas. «Se aplica en el canal vaginal y la zona suburetral y a través de esas microagujas se emite la onda electromagnética, logrando una mejor retracción del tejido tratado , mayor producción de colágeno y elastina», explica. No es doloroso y únicamente se aplica una crema anestésica en la zona media hora antes. Además, suele combinarlo con la terapia eléctrica vaginal (VTone, también de Empower RF), que actúa sobre los músculos del suelo pélvico mejorando su tono. Por tanto, la buena noticia es que existen múltiples opciones para acabar con esa incontinencia. Eso sí, sin olvidarse de que, como cualquier otro músculo del cuerpo, para que esté en forma hay que mantener siempre el entrenamiento.
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