Cerca de ocho meses, miles de kilómetros de viajes y más de 100 partidos es lo que tiene que atravesar un equipo de la NBA para poder alcanzar la gloria del anillo.
El 17 de junio, los Celtics aplastaron a los Mavericks de Luka Doncic en su TD Garden (106-88) y cerraron por la vía rápida (4-1) las Finales de la NBA. Un título incontestable para un equipo que fue el mejor de la temporada 2023-24, para la que se reforzó con máxima ambición, dispuesto a acabar con todos sus fantasmas de golpe: Jrue Holiday y Kristaps Porzingis llegaron a un equipo que ya tenía a Derrick White, Al Horford y, el motor principal, los Jays: Jayson Tatum y Jaylen Brown.
Ese título de los Celtics es un perfecto ejemplo de lo difícil que es ser campeón en la NBA. Es solo el segundo desde 1986 (el otro, en 2008) para una franquicia histórica que rompió el desempate con los Lakers: ahora, 18 a 17. Y que necesitó una década sin bajarse de los playoffs e, incluido, este, seis viajes hasta como mínimo la final del Este. A base de insistir y mejorar, llegó el premio. Después de, eso sí, sortear las exigencias y trampas de un camino agotador, por fechas y por kilómetros.
Desde octubre de 2023 a junio de 2024 los Celtics compitieron durante 236 días
Los debates en torno al calendario de la NBA son recurrentes en los últimos años, especialmente desde que los equipos programan descansos para sus estrellas de cara a evitar que estas lleguen con las piernas agotadas a los playoffs. Se ha hablado de reducir los 82 partidos de regular season, pero ese formato es clave en el tremendamente exitoso modelo actual de la liga, sobre todo de cara, por volumen, a unos contratos de televisión que están en cifras históricas: los últimos se acaban de firmar por once años y 76.000 millones de dólares. En ese sentido, los Celtics 2023-24 tuvieron compromiso… y suerte con las lesiones: cinco de los seis principales de la rotación (todos menos Porzingis) jugaron un mínimo de 65 partidos.
Del 22 de marzo al 1 de abril los Celtics jugaron seis partidos en diez días
Una plantilla larga, con suficientes jugadores de nivel en el banquillo, es fundamental para, como mínimo, superar las partes más cargadas del calendario sin malas noticias para los jugadores principales. Eso, claro, obliga a hacer malabarismos con los límites establecidos para el gasto en plantilla (el salary cap). Después, en playoffs, los equipos reducen u ocho o nueve jugadores su rotación principal. Los Celtics consiguieron que dieran apoyo en la rotación Sam Hauser, Payton Pritchard, Luke Kornet o Xavier Tillman, que llegó antes del cierre del mercado invernal.
Los salarios de la plantilla de los Celtics superaron los 228 millones de dólares
Los Celtics gastaron casi 187 millones de dólares en salarios la pasada temporada. Como el límite establecido por la liga (que se calcula año a año en función de los ingresos) estaba en 136 millones, los Celtics entraron en el terreno de las multas económicas por superar ese techo. El total en gasto se disparó hasta los 228,7 millones. Aún así, hubo cuatro equipos que invirtieron más en total y ninguno de los cuatro llegó ni siquiera a las semifinales de Conferencia.