Un sorprendente hallazgo en un museo australiano podría acelerar el regreso del tilacino, un depredador extinto hace casi un siglo, gracias al ARN encontrado en un espécimen conservado.
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El último tilacino, también conocido como el tigre de Tasmania, murió en 1936, pero los científicos están más cerca que nunca de revivir a este emblemático depredador. Un equipo de investigadores de la Universidad de Melbourne, liderado por el Dr. Andrew Pask, encontró ARN preservado en un espécimen del tilacino en un museo de Melbourne. Este hallazgo inesperado, escondido en un cubo con la cabeza del animal, podría ser clave para reconstruir el genoma del tilacino y avanzar en el proyecto de desextinción.
El concepto de «desextinción», que parecía ciencia ficción, ha ganado terreno con los avances en edición genética y biotecnología. El ARN encontrado permitirá a los científicos comprender mejor el ADN del tilacino, así como sus funciones celulares, lo que es crucial para crear una versión cercana del animal.
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El equipo de Pask ha identificado al dunnart de cola gorda, un marsupial pequeño, como el pariente genético más cercano del tilacino. A través de técnicas de manipulación genética, se espera transformar células del dunnart en «células de tilacino». Aunque no se logrará un tilacino puro, el proyecto ha avanzado más rápido de lo esperado.
Sin embargo, la desextinción plantea interrogantes sobre su viabilidad y los riesgos ecológicos. ¿Cómo afectará la reintroducción de una especie extinta al ecosistema actual? Los científicos advierten que el comportamiento del tilacino es desconocido, lo que hace difícil predecir su impacto en la naturaleza.
A medida que la desextinción se convierte en una realidad más cercana, también surgen preocupaciones sobre la inversión de recursos. Con miles de especies en peligro de extinción, algunos se preguntan si estos esfuerzos no estarían mejor dirigidos a preservar la vida silvestre actual. Proyectos como el de Colossal, una empresa de biotecnología que también busca resucitar al mamut lanudo, demuestran que la tecnología avanza rápidamente, pero su impacto a largo plazo sigue siendo incierto.
Fuente: Muy Interesante
Foto: Diario la Capital de Mar del Plata