Ha hecho campaña acusando a los migrantes de envenenar la sangre de Estados Unidos, ha esparcido mentiras racistas de haitianos que están legalmente en el país y ha prometido llevar a cabo la deportación más grande de la historia, una frase que provoca ovaciones en sus mitines. La noche de este miércoles, sin embargo, Donald Trump era solo un republicano que busca hacer más segura la frontera y fomentar la migración legal. El candidato ha querido mostrar un perfil más moderado en varios temas, entre ellos el aborto. “Como Reagan creo en las excepciones, cuando la vida de la madre corre peligro, el incesto y la violación. Hay algunos republicanos que no creen en esto”, ejemplificó. Y tendió do la mano a los latinos, un sector clave del electorado, en un foro organizado por la cadena Univision en la ciudad de Doral, Florida. Trump, sin embargo, evitó responder varias de las preguntas que le hicieron y repitió falsedades que han sido desmentidas una y otra vez en la campaña.
Jorge Velázquez, un campesino que cosecha fresas y brócoli en el valle central de California junto a cientos de indocumentados, quiso saber quién hará ese trabajo y qué precio tendrá la comida si Trump lleva a cabo el masivo operativo de expulsión. “Ha llegado mucha gente de manera ilegal, solo queremos que arriben de manera legal, por nuestro sistema”, le respondió Trump. “Yo soy lo mejor que le ha pasado a los agricultores”, añadió el republicano.
A pesar de su retórica antimigrante, Donald Trump ha mantenido el terreno entre el electorado latino. Especialmente entre los votantes hombres. Aunque la mayoría de este sector sigue respaldado a Kamala Harris en la mayoría de los Estados bisagra, el republicano está camino a lograr el mejor resultado con los hispanos en décadas comparado con otros aspirantes de su partido. A diferencia de otras minorías, los latinos tienen el más alto porcentaje de indecisos en la elección, cerca del 25%. Esto ha llevado a ambos candidatos a cortejarlos. La semana pasada fue el turno de Harris en otro evento en Nevada, otra de las entidades en disputa.
A pesar de haber mostrado un perfil más moderado, Trump esquivó muchas de las respuestas que podrían ayudar a un votante que no se ha decidido a 19 días de las elecciones. Guadalupe Ramírez, una madre de tres e hija de migrantes mexicanos que participaron en el programa de braceros de los años 50, preguntó al expresidente por sus planes para una reforma migratoria. “Quiero una frontera segura”, se limitó a decir Trump, quien en lugar cargó contra las autoridades demócratas que gobiernan Chicago, la ciudad donde vive Ramírez. “Todo lo que tocan los demócratas lo arruinan. Es una ciudad muy peligrosa, infestada por el crimen. Los republicanos no tenemos ese problema”, dijo Trump, quien presumió en la misma respuesta de la sólida economía de su mandato y de ser el primer presidente en 84 años que no metió a su país en ninguna guerra.
Un votante de Arizona, registrado como republicano, dio a Trump una nueva ocasión de marcar distancia con algunas de las controversias de su campaña. “¿De verdad cree usted que los haitianos, quienes llegaron legalmente al país, se están comiendo las mascotas de la gente?”, le preguntó José Saralegui, quien recordó al presidente que las propias autoridades de Springfield, Ohio, han desmentido los dichos repetidos por Trump. “Yo solo repetí una información… y comían otras cosas, además”, aseguró el expresidente en el foro moderado por el periodista Enrique Acevedo, el presentador del informativo más importante de Televisa en México y quien fue criticado por una blanda entrevista a Trump hecha en noviembre de 2023.
Trump ha insistido, sin dar fecha, que visitará Springfield, a pesar de que las autoridades republicanas locales le han pedido no aparecer allí para tensar aún más a la comunidad. “Tienes un pueblo lindo y de pronto les dejas caer 30.000 personas que no hablan ni siquiera inglés… Creo que puedes destruir el país así. No puedes poner en poco tiempo a tanta gente en un sitio tan pequeño y esperar que las cosas vayan bien. Es un desastre total”, aseguró el expresidente, quien exageró los números de haitianos en la ciudad. Estos son entre 12.000 y 15.000, de acuerdo a los registros. La gran mayoría está allí con un estatus legal que el Gobierno de Joe Biden ha limitado recientemente.
Ramiro González, nacido en Nueva Jersey de raíces cubanas, dio al exmandatario “la oportunidad de recuperar su voto”. “Sus acciones y omisiones en los últimos años han sido terribles para mí”, le dijo el trabajador de la construcción afincado en la Bahía de Tampa, una zona devastada por dos huracanes recientes. González recriminó a Trump su comportamiento en el Asalto al Capitolio y que “tardara tanto tiempo en actuar”. También le preguntó por qué tanta gente de su Administración ha dejado de apoyarlo en su segunda campaña rumbo a la Casa Blanca.
Trump lo escuchó con el rostro serio. Aunque evitó la mayor parte de la noche las posiciones radicales que suele mostrar en campaña, el papel de moderado que jugó se evaporó del todo cuando habló de los hechos del 6 de enero de 2021. “Cientos de miles de personas fueron a Washington y se manifestaron pacíficamente y de forma patriótica, no hicieron nada malo”, añadió. “No teníamos armas y el otro bando sí lo tenía. Fue un día de amor desde el punto de vista de los cientos de miles que fueron a oírme… fue el grupo más grande al que he hablado nunca”, dijo. También criticó la actuación ese día de su vicepresidente, Mike Pence. “Como se trata de mí, la gente que está en mi contra obtiene un poco de publicidad”, añadió.
