Un hombre de Texas que esta semana podría ser la primera persona en el país en ser ejecutada por una sentencia de asesinato vinculada con el diagnóstico del síndrome del bebé sacudido, espera este miércoles una decisión sobre su solicitud de clemencia de una junta estatal.
Se espera que la decisión de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas sobre si recomendar que se interrumpa la ejecución de Robert Roberson el jueves, ya sea por medio de una conmutación de su condena o un indulto, se conociera el mismo día en que un comité de la Cámara de Representantes de Texas se reuniría en Austin para discutir su caso.
“Vamos a arrojar luz sobre este caso para que los 31 millones de texanos lo escuchen, lo observen y lo vean. Y tenemos la esperanza de que para el jueves por la noche podamos poner en pausa este caso”, declaró el representante estatal republicano Jeff Leach, uno de los miembros del Comité de Jurisprudencia Penal de la Cámara de Representantes de Texas, que se reunirá este miércoles.
Leach forma parte de un grupo bipartidista de más de 80 legisladores estatales que han solicitado a la junta de libertad condicional y al gobernador del estado, Greg Abbott, que frenen la ejecución.
Roberson, que cuenta con 57 años, está programado para recibir una inyección letal por el asesinato de su hija Nikki Curtis, de 2 años, en 2002, en la ciudad de Palestine, al este de Texas. El acusado ha proclamado su inocencia por muchos años.
El gobernador republicano solo puede concederle clemencia luego de recibir una recomendación de la junta de libertad condicional. De acuerdo con la ley de Texas, Abbott tiene el poder de conceder una prórroga única de 30 días sin una recomendación de la junta.
En sus casi 10 años como gobernador, el republicano solo ha detenido una ejecución inminente, en el año 2018, cuando le perdonó la vida a Thomas Whitaker, informó AP News.
La junta de libertad condicional recomendó clemencia en un caso de sentencia a muerte solo seis veces desde que Texas reanudó las ejecuciones en 1982.
La defensa de Roberson, los legisladores de Texas, especialistas médicos y otros dicen que su condena se basó en pruebas científicas erróneas y actualmente es una prueba obsoleta relacionada con el síndrome del bebé sacudido.
El diagnóstico se refiere a una lesión cerebral grave causada cuando la cabeza de un niño pequeño se lastima al ser sacudido o por haber recibido un impacto violento, como ser golpeado contra una pared o lanzarlo al piso.
Los defensores del hombre no niegan que las lesiones en la cabeza y en otras partes del cuerpo realizadas por abuso infantil sean reales, pero aseguran que los médicos diagnosticaron erróneamente las heridas de Curtis como relacionadas con el síndrome del bebé sacudido y que hay nuevos fundamentos que demuestran que la niña no murió por abuso, sino por complicaciones con una neumonía grave.
La Academia Estadounidense de Pediatría, otras organizaciones médicas y los fiscales dicen que el diagnóstico es válido y que los médicos analizan todas las posibilidades, incluyendo cualquier enfermedad, para determinar si las lesiones son atribuibles al síndrome del bebé sacudido.
Por su parte, la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Anderson, que procesó a Roberson, explicó en documentos judiciales que luego de una audiencia en 2022 para considerar la nueva evidencia en el caso, un juez rechazó las teorías de que la neumonía u otras enfermedades causaron la muerte de Curtis.
El martes, un juez del este de Texas negó las solicitudes de los juristas de Roberson para detener el proceso de inyección letal, anulando la orden de ejecución y recusando al juez que la había emitido.
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