El informe del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, basado en el “Barómetro de la deuda social con las personas mayores”, revela una situación alarmante entre los jubilados argentinos. Un tercio de los mayores de 60 años realiza trabajos temporales o “changas” por necesidad, mostrando la precarización laboral en este grupo. Las cifras reflejan un deterioro en sus condiciones de vida, agravado por la inseguridad alimentaria y la falta de acceso a atención médica adecuada, todo producto de la insuficiencia de ingresos.
El estudio, que analiza la última década (2013-2023), muestra que el 41% de los hogares con mayores de 60 años no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas. Además, el 31,8% de los adultos mayores que trabajan lo hace en condiciones de subempleo inestable, un incremento significativo respecto a la época prepandemia. El empleo precario y la falta de oportunidades golpean especialmente a las mujeres mayores, quienes además enfrentan mayores dificultades para conseguir empleos formales.
El informe destaca que esta precarización laboral se debe no solo a una falta de oportunidades, sino también a un contexto de pobreza estructural en Argentina. Factores como la baja escolarización y la acumulación de carencias multidimensionales agravan la situación de los jubilados. Además, muchos de ellos han tenido que dejar de pagar impuestos o servicios, lo que refleja su vulnerabilidad económica.
El acceso a la salud es otro punto crítico. En los últimos dos años, el 17,6% de los mayores de 60 años ha tenido dificultades para recibir atención médica por razones económicas, cifra que es más alta en los sectores más pobres. Esta problemática se relaciona también con la inseguridad alimentaria, que afecta al 15,7% de los adultos mayores, especialmente a aquellos en los estratos más bajos, donde casi la mitad ha experimentado algún grado de hambre.
En conclusión, el informe de la UCA señala que la prolongación de la vida laboral en Argentina no es una opción, sino una necesidad para muchos jubilados que no logran llegar a fin de mes. Las cifras de empleo precario, inseguridad alimentaria y dificultades económicas son un reflejo de la pobreza estructural que afecta a una gran parte de los adultos mayores en el país.
