Según relató su esposo, halló a su esposa, Isabel Salazar, tirada en el comedor sin vida y con signos de violencia. Además, notó la falta de $50 mil en la vivienda.
El yerno de la mujer fue detenido como sospechoso del asesinato
Tras la denuncia, los investigadores analizaron las cámaras de seguridad del barrio. En las grabaciones, observaron cómo una camioneta Renault Kangoo blanca pasaba por la iglesia donde Arakelien oficiaba y luego se estacionaba cerca de la casa de la víctima. Este dato fue crucial para seguir el rastro del posible agresor.
La investigación avanzó y se descubrió que la hija del pastor, L. Arakelian, vive a tan solo 11 cuadras de la escena del crimen. Esto llevó a las autoridades a ordenar un allanamiento en su domicilio, donde encontraron a su pareja, Magragone A, de 60 años, y a su hijo.
En la vivienda, los oficiales hallaron la camioneta vista en las cámaras, el dinero robado, ropa con manchas de sangre y dos armas de fuego, elementos que comprometen a Magragone como el principal sospechoso.
Aunque aún no se conocen todos los detalles sobre el móvil del asesinato, la hipótesis más fuerte apunta a un conflicto familiar por la herencia. Fuentes cercanas señalaron que la hija del pastor, supuestamente, sentía celos hacia Isabel Salazar, ya que esta se había casado recientemente con su padre.
Incluso, se sospecha que la había amenazado con quitarle la herencia familiar, lo que podría haber desencadenado el brutal crimen.