En las alturas del Gran Valle del Rift, en Kenia, la pequeña localidad de Iten se ha convertido en el templo del running. Sus centros de entrenamiento atraen a miles de corredores de fondo locales e internacionales, pero también a otro tipo de personajes menos deseables.
Según informa el diario keniano Nation, delincuentes extranjeros utilizan el atletismo como coartada para cometer delitos y pasar desapercibidos.
“La policía sospecha que inmigrantes ilegales se hacen pasar por atletas para cometer delitos, en particular en los campos de entrenamiento de Iten, donde se ha informado de un aumento del consumo de drogas y delitos relacionados”, dice el periódico.
Iten es considerada la capital del mundo del atletismo. Allí viven y entrenan muchos de los mejores atletas del mundo, entre ellos campeones mundiales y olímpicos.
También es el hogar del prestigioso High Altitude Trainning Centre (Centro de Entrenamiento en Altura) y otros importantes centros de entrenamiento. Estos establecimientos han atraído a un gran número de corredores extranjeros, que acuden para prepararse antes de participar en campeonatos, maratones, mítines y otras competiciones internacionales.
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Según explica Nation, las estadísticas indican que al menos dos extranjeros son llevados ante los tribunales locales cada mes bajo sospecha de ser terroristas o de encontrarse en el país de forma ilegal.
“La mayoría de los sospechosos afirman ser deportistas internacionales que practican en Iten o turistas que recorren la región, pero sus pasaportes no respaldan sus afirmaciones”, dice el periódico citando a una fuente de la Policía Antiterrorista.
“La tendencia de arrestar a sospechosos en Iten disfrazados de atletas internacionales es preocupante. Los atletas deben establecer estructuras adecuadas para garantizar que no se les unan extraños disfrazados de atletas”, agrega.
Según detalla el artículo, en las últimas semanas tres sospechosos fueron llevados ante el magistrado principal de Eldoret bajo sospecha de ser agentes terroristas. Uno de ellos, de nacionalidad pakistaní, fue detenido por promocionar “teléfonos móviles extraños”, aunque alegó ser un atleta que entrenaba en la región.
