Hay futbolistas que marcan tendencia y Raphinha lo está haciendo en este Barça de Hansi Flick. El brasileño es otro, poco que ver con el de la pasada temporada. Este año es incontenible en ataque. No sólo monopolizó el poder ofensivo azulgrana ante Young Boys sino que certificó su excelente partido con un tanto y una asistencia. Sabe masticar la jugada hasta crear situaciones de superioridad en las que se siente letal.
Resuelto el marcador después de regalar con su asistencia el gol inicial de Lewandowski y sin estar angustiado por la necesidad, Raphinha se aplicó en todo desde la mediapunta. Presionó, jugó por dentro, basculó con criterio, recuperó balones por trabajo y, sobre todo, se dejó ver como motor atacante. El brasileño se estrenó con un gol en la Champions League pero lo más brillante y remarcable, lo que ilustra este sorprende cambio, son sus estadísticas en estos primeros 10 partidos de la temporada: 6 goles y 4 asistencias del total de 31 goles. Una tercera parte es mucho. Anotó el 2-0.
Poco después de la media hora de partido, Raphinha aprovechó un par de rebotes, después de una jugada de Pedri, para fusilar al portero suizo. El primero en Europa se suma a los 5 en LaLiga. Había encarrilado el partido con un pase milimétrico y generoso al delantero polaco.
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La influencia de Raphinha en el juego y los resultados del equipo azulgrana resulta hiperbólica. Ha intervenido marcando o asistiendo en 5 de esa decena de partidos oficiales: Valencia y Rayo, sólo asistiendo; ante el Valladolid anotando un ‘hat trick’ y dando un pase y frente al Villarreal con un doblete. El año pasado y el anterior marcó 10 goles en 50 y 37 partidos. Un tanto cada 10 partidos. La comparación es más que remarcable. Y la campaña aún es larga
