Las acusaciones se centran en la exhibición de simbología nazi en la zona de aficionados visitantes del Stade Louis II. Como consecuencia, los hinchas del Barça no estarán presentes en el encuentro contra el Crvena Zvezda que se llevará a cabo el 6 de noviembre en Belgrado, Serbia.
Además, el club se enfrenta a la restricción de venta de entradas para un partido adicional de otra competición de la UEFA, aunque esta prohibición está suspendida durante un período de prueba de un año. La sanción se produce tras incidentes similares en el partido de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Paris Saint-Germain en el Parc des Princes, donde el Barcelona también fue multado debido a conductas racistas y saludos nazis.
La UEFA, en un comunicado, menciona que las acusaciones se enmarcan en conceptualizaciones de racismo y otras conductas discriminatorias, según el Artículo 14(2) de sus Regulaciones Disciplinarias. Además, se indica que la Comisión de Control, Ética y Disciplinaria ha decidido hacer efectiva la medida disciplinaria suspendida en una decisión anterior, lo que impliqué la prohibición de venta de entradas para el próximo partido de la UEFA.
El vicepresidente del Barcelona, Elena Fort, calificó de “vergonzoso” lo ocurrido y subrayó que acciones así no pueden repetirse, mientras que el equipo anunció que reembolsará a los aficionados que ya habían comprado entradas para el partido. Asimismo, el club se compromete a fortalecer sus medidas para erradicar este tipo de comportamientos y garantizar la protección de los derechos humanos, aludiendo a las normas internas de la entidad. El entrenador Hansi Flick también mostró su desaprobación, respaldando los comentarios de Fort y sugiriendo que no hay más que añadir respecto a este serio asunto.
