Las dietas bajas en grasas y sales favorecerían la salud cerebral.
Es claro que una alimentación saludable ayudará a mantener de forma diferente el organismo. Para mantener la salud neurocognitiva, además de mantener nuestro cerebro activo, es crucial contar con una alimentación variada y sana. Un estudio descubrió que la dieta MIND podría ralentizar la velocidad del deterioro cognitivo.
En el estudio se investigó a un grupo de 14.145 personas con una edad promedio de 64 años. Durante 10 años se analizaron sus hábitos alimenticios y los resultados fueron contundentes. Quienes practicaron una dieta MIND obtuvieron un puntaje más alto en relación a la conservación del cerebro.
Qué es la dieta MIND
Los especialistas sostienen que la dieta MIND (“mente” en inglés), es una fusión entre otros dos tipos de dietas: la mediterránea y la DASH. Por su parte, la dieta mediterránea es propia de los países que rodean al Mar Mediterráneo y se caracteriza por ser rica en aceite de oliva; frutas, verduras, legumbres y champiñones y mucha carne de pescado y mariscos pero poca de res y pollo.
Por otra parte, la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension) es rica en fibras -por lo que incluye frutas, verduras, granos integrales-, lácteos bajos en grasa y baja en sal. Es el regimen pensado para detener los efectos y el avance de la hipertención.
Por consiguiente, la MIND se sirve de alimentos de ambas dietas. Destaca las hortalizas de hojas verdes y prioriza los alimentos de origen vegetal y la disminusión de las grasas saturadas.
Cómo esta dieta disminuye el deterioro cognitivo
Aunque se difundió la idea de que la dieta MIND puede prevenir el Alzheimer y la demencia, los estudios no se centraron exactamente en ese análisis. Los especialistas destacan que es necesario ahondar al respecto, pero sostienen que sí se demostró una relación entre la dieta y el bienestar cerebral.
Para el estudio se asignaron puntuaciones que iban del 1 al 12. Mientras más alimentos de la dieta MIND consumía una persona, mayor era el puntaje que obtenía. Así, se termió con tres grupos bien marcados. La diferencia entre ellos fue que quienes más alimentos de este regimen incorporaban a su dieta, mejor evolución neurocognitiva tenían.
