Un año después de que Red Bull le rescatara del limbo al que le había mandado McLaren, Daniel Ricciardo abandona el Mundial de Fórmula 1 exactamente igual que como regresó a él. En aquella ocasión, el australiano sustituyó a Nyck de Vries, a quien los responsables de la marca del búfalo rojo repudiaron cruelmente, muy a su manera, de su equipo B —entonces bajo el nombre de Alpha Tauri—, para repescar a uno que siempre fue de los suyos. Ricciardo se identificó siempre como un atleta de Red Bull, por más que en su momento decidiera salir del paraguas de una escudería energética que ya estaba volcada en Max Verstappen.
A sus 35 años, el paso del piloto de Perth por Renault (2020) y, sobre todo, su fichaje por McLaren (2021) fueron casi tan traumáticos como su salida de la estructura de Woking (2022), antes de tiempo y con un finiquito millonario. La apuesta no salió como todo el paddock esperaba, y este jueves, RB anunció lo que se intuía desde hace ya algunas carreras, sobre todo desde la última, el fin de semana pasado, en Singapur, por donde Ricciardo pasó prácticamente despidiéndose. Liam Lawson se subirá a su monoplaza a partir de la siguiente parada del calendario, en Austin (20 de octubre), y completará lo que resta de curso. A sus 22 años, el neozelandés ya debutó en el campeonato el año pasado, como remplazo temporal del propio Ricciardo, que se rompió la mano.
Este mismo jueves, tras conocerse la noticia, muchos de sus compañeros de grescas en la pista quisieron dar ánimos al corredor aussie, un miembro de la parrilla cuyo carisma siempre trascendió a su palmarés. Sus números son buenos —8 victorias, 32 podios, 3 pole position y 17 vueltas rápidas—; su sonrisa, aún mejor. En los 13 años que ha estado dando vueltas por el Mundial, Ricciardo ha tenido tiempo de dejar esa huella que le hace único por auténtico, eso que cuesta tanto encontrar en un ecosistema diseñado para vender el producto de la forma que sea. Solo él es capaz de lograr que Lewis Hamilton acceda a hacer un shoey, la celebración marca de la casa de Danny Ric, esa que lleva al homenajeado a darle un trago al champán del podio usando como copa una de las botas usadas durante la carrera en cuestión.
“He amado este deporte toda mi vida. Ha sido salvaje y maravilloso a la vez, toda una experiencia. A los equipos y a las personas que han puesto su granito de arena, gracias”, colgó Ricciardo en su perfil en las redes sociales, como reacción al comunicado de RB. “A los aficionados que aman este deporte a veces incluso más que yo, gracias. Con sus altibajos, pero ha sido divertido y, la verdad sea dicha, no lo cambiaría por nada. Hasta la próxima aventura”, se despidió el piloto. “Ha sido un honor competir contigo a lo largo de estos años. Nunca olvidaré las batallas, las risas, y beber de tu bota. Fue repugnante, pero me alegro de haberlo hecho contigo”, dejó escrito Hamilton en su perfil de Instagram. “Dejas como legado el haber sido siempre tú mismo, algo que no es fácil en este deporte. Has pasado por aquí con tu gran sonrisa, y por eso te felicito”, añadió el siete veces campeón del mundo.
“¡Cabeza arriba, amigo! Hay muchos más buenos momentos que van a llegar”, añadió Verstappen. “Desde el momento en que llegaste a Red Bull, quedó claro que eras mucho más que un piloto. Tu entusiasmo constante, tu sentido del humor y tu actitud dejará un legado increíble en el equipo, en Milton Keynes y en toda la F1″, le piropeó Christian Horner, director de la formación campeona, y uno de los que más empujó para recuperarle en su momento.
