Las fuentes de energía renovable están especialmente amenazadas por la guerra híbrida. Los ciberataques de ‘ransomware’ y desinformación de grupos estatales y no estatales son habituales para hacer daño al enemigo sin la violencia del campo de batalla.
Los ciberataques en Ucrania en 2014 y en otros lugares desde entonces han sido una importante llamada de atención para el sector de las renovables. Algunas de las tecnologías utilizadas son relativamente nuevas y, por tanto, más vulnerables. Y, según la OTAN, las renovables son un objetivo claro, ya que suponen el alejamiento de los combustibles fósiles rusos.
La empresa sueca Jönköping Energi suministra el 40% de la electricidad a unas 186.000 personas mediante energía hidroeléctrica, eólica y solar. La instalación colabora ahora con la OTAN en el programa ‘Nordic Pine’, diseñado para ayudar a las naciones participantes a prevenir y reaccionar ante ataques cibernéticos y otros ataques híbridos.
“Los atacantes están cada vez más avanzados. Y creo que hace unos años la gente podía decir, no, somos tan pequeños que no nos atacarán. Hoy en día, el sistema, los bots, etc., pueden atacar a cualquiera“, afirma Anders Ahlgren, experto independiente en Seguridad. “Si dejas tu sistema abierto sin ningún tipo de cortafuegos, pueden pasar segundos antes de que te ataquen, porque te encontrarán“, continúa.
Atacar la electricidad para crear caos
Ahlgren señala que la dependencia de la electricidad la hace muy vulnerable a las perturbaciones. “No podemos estar sin ella. Así que, en ese caso, puedes perturbar mucho a la sociedad perturbando la electricidad“.
“Y creo que, si perturbas a la sociedad, también asustarás a la gente: ¿Qué está pasando? ¿Cuándo volveremos a tener electricidad? Así que creo que es una forma muy, muy buena de crear desorden si quieres”, añade.
El ejercicio ‘Nordic Pine’ ha reunido a los sectores público y privado, así como a instituciones de investigación, para determinar cómo pueden protegerse las nuevas infraestructuras energéticas contra los ataques híbridos.
Su principal conclusión es que los retos de la guerra híbrida, y los ciberataques en particular, se afrontan mejor con prevención y preparación. Para ello es fundamental la comunicación entre Gobiernos, mandos militares, el sector privado y el público en general.