El Barça 2024-25 sigue incorporando nuevos registros que permiten alimentar los sueños de un equipo campeón. Anoche, frente al siempre correoso Getafe, el conjunto de Hansi Flick dejó patente que también dispone de las herramientas necesarias para sumar los tres puntos en esos días en los que el ‘jogo bonito’ se queda en el vestuario y toca ser más efectivo que nunca. Todo vale, todo suma.
Flick no es partidario de grandes revolcones en el once. Ni revoluciones ni tan siquiera cambios en todas las líneas. El alemán se siente seguro con su bloque y solo algún que otro ajuste puntual. El técnico elige y el equipo le responde. Fórmula simple que sigue calando en una afición plenamente identificada con esta nueva filosofía. Ayer, en día laborable y frente a un rival no especialmente atractivo, más de 44.000 almas se congregaron en Montjuïc. Recordemos los datos de hace solo unos meses y extraigamos conclusiones.
El entrenador germano no está para concesiones. El alemán considera que hoy por hoy todo es lícito mientras el equipo sume. A la espera de la llegada de los nuevos refuerzos en forma de lesionados y fichaje en la portería, toca exprimir a su bloque. Política de riesgo pero avalada por los resultados, en primer término, y por el cariño de la grada, en segunda instancia. Y no es poco.
Lógicamente, la carga de minutos en tan pocas semanas se deja notar. Ayer, por ejemplo, las circulaciones fueron poco fluidas y algunos futbolistas tampoco estuvieron especialmente finos en el juego en corto. Todos disculpados de antemano, siempre y cuando los puntos sigan acumulándose en la clasificación. Ansu debe esperar y otros canteranos no desesperar en su intento por ganar presencia en el equipo. Ahora es momento para consolidar uno de los eternos mandamientos de los conjuntos TOP: cuando juegan bien, ganan; y cuando juegan mal… también. Y, en su defecto, no pierden.
No hay lugar para las clásicas disquisiciones sobre los cambios, el sistema o las rotaciones previas. La libreta de Flick no se cuestiona, por ahora. El equipo transmite confianza, despeja dudas y ni tan solo da pie para grandes debates en la portería. Si juega Iñaki Peña, perfecto, y si Flick considera que Szczesny merece un hueco en la plantilla, pues bienvenido sea. El voto de confianza es pleno. Con 21 puntos en siete jornadas no es para menos. Yla derrota europea tiene todos los atenuantes del mundo tras la expulsión de Eric.
Noches como la de ayer no pasarán al olvido. Otro gol de Lewy… y a casa. Nada especial para recordar en cuanto a detalles futbolísticos pero sí un mensaje directo a todos los rivales: este Barça cuando juega bien da miedo. Y cuando no anda fino pero está tensionado sabe cumplir con el expediente de turno: un gol arriba y la portería a cero.
