Madrid ha acogido este fin de semana la feria de referencia de cultura japonesa
El pabellón ferial de Ifema ha albergado el 21 y 22 de septiembre una nueva edición de la Japan Weekend. El evento multitudinario centrado en la cultura japonesa se ha desplazado a Madrid, una de sus cinco sedes en España, y ha recibido a miles de visitantes durante el fin de semana.
Los otakus, fans, frikis y curiosos han sacado a relucir sus cosplays y sus mejores caracterizaciones. La Japan Weekend ha apostado por una inmersión global en el mundo nipón, con multitud de eventos diversos. Asimismo, los stands especializados han completado un cuadro muy rico para los visitantes.
La escritura japonesa
Que los nipones escriben en vertical de arriba a abajo y de derecha a izquierda, ha dejado de ser un secreto para occidente. Aún así, su escritura oculta más misterios.
El japonés se puede escribir con 3 abecedarios distintos, el katakana, giragana y kanjis. Este último viene del chino y funciona igual: un dibujo=un concepto. Sin embargo, los otros dos siguen un patrón más similar al occidental, con la ligera diferencia de que un carácter equivale a una sílaba y no un sonido. No existe la ‘m’ y la ‘a’, existe ‘ma‘; no existe ‘t’ y ‘o’, solo ‘to‘ y un largo etcetera con casi todas las combinaciones posibles, siempre que la consonante vaya antes que la vocal. Las excepciones que confirman la regla son las vocales y la ‘n’.
¿Qué conlleva esto? Que si necesitas escribir Alberto no hay forma de hacerlo, por lo que deberás modificar el nombre para que entre en los cánones. Para estos casos, por lo general se emplea la u, por lo que Alberto pasaría a ser Aluberuto. ¿A que ya parece que está en un anime?
Los pasacalles, de Japón a la Japan Weekend
Las procesiones religiosas se ven como un evento típico español, pero esta costumbre se
replica al otro lado del globo. Los japoneses también celebran sus propios pasacalles,
conocidos como matsuri. En ellos, la gente lleva a hombros un templo portátil por las calles de la ciudad.
Este templo se denomina mikoshi. Se trata de una estructura apoyada en dos vigas que réplica un templo de la religión sintoísta. Los japoneses transportan el mikoshi al compás de canciones tradicionales, alzando la estructura al cielo en el punto álgido de la canción.
Kusedamas y Kudamonos
Descubrir otras culturas hace que los horizontes se abran un poco más, incluso en nuestro día a día. En este caso tenemos estos dos nuevos tipos de «arreglos vegetales», que pueden resultar muy originales en nuestra normalidad.
El primero de ellos, el kusedama, consiste en hacer una maceta de musgo para la planta. Se realiza una bola con la tierra ideal para la plantita, se parte por la mitad, se mete la planta y vuelta a cerrar. El siguiente paso consistiría en cubrir la bola de musgo y ya estaría listo para ser la nueva planta colgante del salón.
Por su parte, los kudamonos se podrían definir como las plantas de las plantas. Ya que su función consiste, basicamente, en servir de decoración extra para los bonsais.
Los dados triangulares (D4)
Los fieles a los juegos de mesa tendrán presente la gran variedad de dados existentes, además del dado básico en forma de cubo. Los stands de la Japan Weekend han puesto a la vista de los visitantes desde hexaedros hasta dados de veinte caras.
Uno de los dados que levanta más curiosidad tiene cuatro caras triangulares, conocido como 4d. El dado tetraédrico, por su naturaleza, no muestra un solo número cuando se lanza, si no tres. La solución es muy sencilla: el número que esté recto, el que se lee bien, es la puntuación correcta.
Formas tradicionales de combatir
Pese a su nombre, la feria no solo es Japón, así que en esta ocasión la protagonista es la España del S.XIV al XIX. Las guerras históricas utilizan una amplia gama de espadas. La Japan Weekend ha dado a los fans la posibilidad de aprender a manejar espadas de diversos usos, formas y épocas. Una de ellas, conocida como montante, ha despertado el interés de los aprendices por sus grandes dimensiones (más de metro y medio) y su elevado peso.
El montante no se usaba para atacar directamente al adversario. En cambio, se trataba de un arma disuasoria, eficaz para disipar a las tropas enemigas gracias a su largo alcance. En el otro extremo, la espada ropera era un arma más asequible y ligera, tradicional de España y preparada para el duelo cuerpo a cuerpo en lugares más estrechos, como las calles de la ciudad.