Los 135 nicaragüenses excarcelados el pasado 5 de septiembre, y que permanecen temporalmente refugiados en Guatemala, expresan su profundo anhelo por una Nicaragua “libre” y el fin de la “tiranía” en su país, mientras manifiestan preocupación por las personas que siguen detenidas por razones políticas bajo el régimen de Daniel Ortega.
Denuncias contra el régimen de Ortega
Juan Carlos Baquedano, de 67 años, es uno de los excarcelados que permanece en Guatemala. El domingo pasado, Baquedano expresó que “muchas personas siguen presas y secuestradas por un régimen que tiene capturado al país”.
Baquedano, quien estuvo detenido durante 400 días en Nicaragua hasta su expulsión, se unió al resto de los exiliados para asistir a un culto religioso en un hotel capitalino. Junto a él estuvo el pastor Walner Blandón, quien también fue preso en Nicaragua durante nueve meses.
Antes de la ceremonia, los exiliados explicaron que estaban reunidos para “clamar” por una Nicaragua libre y pedir por la vida de los presos políticos que aún permanecen bajo el régimen de Ortega, quien ha gobernado el país desde 2007. Baquedano, antiguo revolucionario sandinista entre 1979 y 1990, lamentó la situación actual: «Nos libramos de (Anastasio) Somoza creyendo que teníamos la solución, pero terminamos cayendo en algo peor», dijo. Fue arrestado en 2023 cuando regresó a Nicaragua para solucionar un tema de propiedad.
Baquedano subrayó que el régimen de Ortega utiliza a los presos políticos como moneda de cambio y opinó que la única forma de liberar al país de esta situación es “sacar” a Ortega del poder.
Exilio forzado y pérdida de derechos
El exmilitar también recordó su encarcelamiento en 2018, durante las protestas contra el gobierno sandinista, que fueron brutalmente reprimidas. La falta de separación de poderes en Nicaragua complica la situación, pero los excarcelados no pierden la esperanza de volver un día a su patria.
Actualmente, los 135 nicaragüenses permanecen alojados en un hotel en Guatemala, mientras la Agencia de la ONU para Refugiados (Acnur) gestiona su situación de exilio en otros países, como Estados Unidos. Sin embargo, algunos prefieren permanecer en Centroamérica, ya que consideran difícil reunirse con sus familias si se trasladan a Estados Unidos, por lo que exploran la posibilidad de establecerse en Costa Rica o Guatemala.
A inicios de septiembre, el gobierno nicaragüense decidió retirar la nacionalidad a los 135 excarcelados y congelar sus bienes. Este no es un caso aislado, ya que, en los últimos dos años, un total de 452 nicaragüenses han sido despojados de su nacionalidad, acusados de traición a la patria por sus críticas al régimen de Ortega.
El futuro de estos exiliados es incierto, pero lo que sí es claro es su esperanza y lucha constante por una Nicaragua libre.
