La economía valenciana tiene un gran problema de productividad que lastra la competitividad y supervivencia de sus empresas. Sin embargo, hace 40 años el PIB por habitante y la productividad por ocupado de la Comunitat eran prácticamente similares a la media nacional. La cuestión que se plantea es ¿qué ha pasado y cómo se puede revertir esta situación?
Sabemos que nuestra estructura económica, nuestro modelo productivo, ha desarrollado un patrón que nos aleja de la media nacional.
Cualificación
El menor tamaño de nuestras empresas, el reducido nivel de cualificación de sus trabajadores, el escaso peso de las TIC en la composición del capital, el nivel formativo del empresariado y sus equipos directivos o la especialización en sectores menos productivos son algunos los factores explicativos de nuestro diferencial negativo en productividad y, consecuentemente, en competitividad. En teoría, actuando en alguno o varios de estos factores se podrá mejorar la situación.
Esta semana hemos conocido un dato de especial interés porque posiciona a la provincia de Castellón por encima de Valencia y Alicante y de la mediana de España por tener el mejor nivel de competitividad en empresas con más de un accionista. Ésta es una de las conclusiones del Análisis sobre estructuras de capital y competitividad presentado en el marco del Observatorio GECE realizado por CaixaBank y el Institut Valencià d’Investigacions Econòmiques.
Castellón, además, es una provincia que dispone de mejores condiciones que otras para avanzar en competitividad gracias al elevado peso de la industria pues es, precisamente, el sector secundario el que presenta mayores tasas de productividad.
Fortalecer la industria y sus servicios asociados, la tecnología y la cualificación es el camino para una economía más competitiva. Una mayor productividad permite mejores salarios, genera mayores ingresos fiscales y, de todo ello, depende nuestro desarrollo económico, el nivel de vida de la ciudadanía y el bienestar social.
Economista
