Lufthansa, primer grupo aéreo europeo, anunció el martes un aumento en el precio de todos sus vuelos en Europa para cubrir una parte de los costos relacionados con las exigencias ambientales de la Comisión Europea.
El suplemento se aplicará a todos los vuelos previstos “a partir del 1 de enero de 2025“, desde los 27 países de la Unión Europea (UE), así como del Reino Unido, Noruega y Suiza, indicó el grupo en un comunicado. Su monto variará “en función de la ruta y la tarifa del vuelo”, en una escala entre 1 y 72 euros, agregó.
“El grupo aéreo no podrá soportar solo los crecientes costos adicionales derivados de las exigencias regulatorias en los próximos años”, justificó Lufthansa el martes.
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Las principales aerolíneas europeas pidieron que la UE se inspire en Estados Unidos donde la producción sostenible recibe incentivos para afrontar los costos.
Cortesía de la Unión Europea
La empresa se refiere a las cuotas obligatorias impuestas por la UE para incorporar combustibles más sostenibles (SAF) en los tanques de los aviones, con el fin de reemplazar progresivamente el queroseno.
La proporción de SAF debe alcanzar el 2% a partir de 2025, 6% en 2030, luego 20% a partir de 2035 y finalmente 70% en 2050.
Los costos de apostar a la sostenibilidad
Sin embargo la producción de SAF aún está en sus primeras etapas. En 2023 correspondía al 0,5% de la demanda mundial de combustible de aviación. Debido a esta baja disponibilidad, su precio es aún de tres a cinco veces más alto que el queroseno fósil, según Lufthansa.
“Cuanto más aumente la producción de SAF, más disminuirá su precio”, explicó un portavoz del grupo y agregó que mientras eso no suceda, “Lufthansa podría seguir repercutiendo el costo adicional en el precio de los billetes”.
Para recuperar el retraso en la producción de SAF en Europa, las principales aerolíneas europeas, incluída Lufthansa, pidieron en marzo a la UE que se inspire en Estados Unidos, donde la producción recibe incentivos.
Los reclamos por acusaciones de “greenwashing”
Este suplemento ambiental se suma a otro recargo propuesto a los viajeros por Lufthansa y otras aerolíneas, para compensar sus emisiones de carbono a través de proyectos de protección del clima.
Este procedimiento fue objeto de una queja de asociaciones de consumidores el año pasado ante la Comisión Europea, acusando a una veintena de aerolíneas de “greenwashing” (lavado de imagen ecológico) y “prácticas comerciales engañosas”.
Sobre este asunto, “actualmente estamos en conversaciones con la Comisión Europea”, indicó un portavoz de Lufthansa.
