Aunque los quesos están presentes en la dieta de muchos españoles. España no es el país que más los consume. Según recoge El comidista en El País, “cada español consume entre ocho y nueve kilos de queso al año”, una cifra que queda lejos de “los 17,5kg de media de la Unión Europea, de los 21kg Francia o de los más de 25 de Malta, Chipre o Italia”.
A pesar de esto, el queso puede tener numerosos beneficios para la salud. Según indica el Instituto Nacional de Salud de EEUU (NIH), tiene un importante aporte de vitamina B12 y minerales como fósforo, calcio y potasio.
Otros especialistas como dietista registrada y directora del Laboratorio de Alimentos de la Universidad de Nueva York, Lourdes Castro Mortillaro apuntan que es una muy buena fuente de proteína. “La proteína de suero es una de las formas de proteína más absorbibles y contiene una gama muy amplia de aminoácidos […] Así que esta es la mejor opción para alguien que busca desarrollar músculo, desarrollar fuerza y al mismo tiempo perder grasa y peso”, señaló a la CNN.
Además, algunos tipos de queso son especialmente beneficiosos para los intestinos por su contenido en nutrientes como vitamina A, B12, C, y K. Según recoge la revista Internacional de Tecnología Láctea, “los probióticos que contienen ayudan a producir ácidos grasos de cadena corta, controlan el equilibrio ácido, absorben todos los nutrientes y protegen el funcionamiento de los intestinos”.
En esta publicación también recogen los cuatro tipos de quesos más beneficiosos para el intestino por su contenido en estos probióticos: el queso parmesano, por ser “un gran aliado de la digestión”; cheddar envejecido, especialmente recomendable para las personas intolerantes a la lactosa; mozzarella por su “bajo contenido en colesterol y lactosa” que facilita la digestión y además aporta proteínas de calidad, y el feta, también bajo en calorías y rico en “fósforo, calcio y vitamina B”.
