Diego Redolar, doctor en Neurociencias, director de la Unidad de Neuromodulación e Imagen en el Brain 360 institut, se aleja del discurso alarmista según el cual todas las pantallas son malas en la infancia. Es más, defiende que un uso moderado de los videojuegos tiene beneficios para los niños a partir de los diez años. En especial los comerciales de acción. Acaba de publicar ‘La mujer ciega que podía ver con su lengua’.
-¿Decir que los videojuegos son todos males es reduccionista?
-Tienen una cara mala y una positiva. A la mala se le ha dado mucha importancia y es verdad que tenemos que ir con cuidado porque están hechos para que nos gusten y por esto activan el sustrato nervioso del refuerzo del cerebro. Además, si hay contenido de violencia, se activa más. Y esto hace que cada vez se diseñen más videojuegos violentos que activan la parte de gratificación, el llamado núcleo accumbens.
-Es una región cerebral en la que actúan las drogas de abuso
-De hecho, cuando hay una adicción a los videojuegos, los cambios en el núcleo accumbens que se producen son los mismos que produce la cocaína en la adicción a esta droga.
Cuando hay una adicción a los videojuegos, los cambios en el cerebro son los mismos que produce la cocaína
-Pero hay una cara positiva de los videojuegos…
-Llevamos muchos años investigando los efectos sobre la cognición. Los de acción y comercial mejoran diferentes funciones cognitivas: diferentes tipos de atención, la sostenida, la dividida, la selectiva… También mejora la capacidad visoespacial, la memoria de trabajo, la orientación en el espacio, el poder hacer varias tareas a la vez. Y funciones del control cognitivo. Se han probado videojuegos de conducir un coche, de ir matando, de un entorno tridimensional…
-Dicho de forma genérico, sería recomendable que a partir de cierta edad los niños jueguen
-Si una persona juega antes de los 14 años hay cambios cognitivos beneficiosos para su cerebro. ¿Cuánto antes de los 14? Esto es una línea éticamente fina.
Si un niño juega antes de los 14 años tiene cambios cognitivos beneficiosos ¿Cuanto antes de los 14? Esto es una línea éticamente fina
A un niño de seis años no lo dejaría jugar porque los juegos tienen un contenido determinado, pero a partir de diez o once años nos podríamos plantear, sobre todo cuidando el contenido y las horas de juego. La adicción deriva de una falta de control y de dejar de hacer cosas como jugar con amigos, hacer ejercicio o salir a la calle.
-¿Si tengo un hijo de diez años, cada cuánto le dejo jugar?
-Depende de sus rutinas diarias. Entre semana en época escolar es complicado porque hay actividades. Pero el fin de semana, podemos dedicar 45 minutos el sábado y 45 el domingo y tenemos tiempo para otras cosas.
-¿Debe jugar conmigo al lado?
-Sí, ha de jugar con un adulto al lado que debe participar del juego y controlar la manera de jugar del niño. Y decir que cuando paramos, paramos. Los videojuegos están hechos para que gusten más que otras cosas. Hemos de establecer limitaciones, como con la televisión.
-Los adultos hacemos discursos y los hay más enganchados que sus hijos
-Y tanto, vemos adultos enganchados a videojuegos y sobre todo al móvil. Con mi hija el fin de semana intento no tocar el móvil para nada.
-En los videojuegos y en otras cuestiones rechazamos per se la tecnología?
-Sí, la tecnología ha venido para quedarse, y ahora de la mano de la Inteligencia Artificial, que está repensándolo todo, como el mundo universitario. Nos tendremos que adaptar. Quien no tenga presente el uso de las nuevas tecnologías y sus implicaciones en el día a dia, será una persona anacrónica. Otra cosa es potenciar también otras cosas. Un niño ha de leer en papel, hacer deporte o jugar con los amigos en la calle, porque cada cosa tiene su beneficio para diferentes funciones cognitivas.
-Hay quien dirá que en lugar de los videojuegos, prefiere que sus hijos juegue en la calle, se ensucien y se hagan costras en las rodillas…
-Me parece muy bien y también lo hago, pero si después en casa programamos un robot de forma digital con un iPad estás enseñando otras cosas que le serán de utilidad de cara a la sociedad con la que tendrá que bregar cuando sea adulto. No es incompatible una cosa con la otra. Yo con mi hija cuando sale del cole estamos una hora caminando por la montaña. Pero si el fin de semana montamos un robot con una tableta veo que es muy positivo.
Para que haya efectos positivos ha de ser juegos de acción y comerciales. El tetris, no. Es de los que menos efectos tiene
-¿Qué videojuegos son mejores para los niños?
-Para que haya efectos positivos ha de ser de acción. No el tetris, pese a lo que se ha pensado. Es de los que menos efectos tiene. Y han de ser comerciales porque se han diseñado videojuegos en laboratorios y están mal hecho respecto a la interfaz y queda muy atrás. El término acción es un cajón muy grande. Yo lo que diría es que si debemos dejar jugar no han de tener contenido violento, como SuperMario Bros, que están muy bien hechos y no hay contenido violento. Tenemos evidencias que potencia las distintas funciones cognitivas. Pero tiene el problema que gusta mucho.
-¿Hay contraindicación previa de niños con determinadas problemáticas, como el autismo?
-En el autismo se han usado videojuegos para aumentar la cognición social y también en depresión hay videojuegos dirigidos a niños con este trastorno. Se han creado expresamente, son plataformas tridimensionales. Iría más con cuidado con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), porque el sustrato nervioso del refuerzo en estos niños no funciona adecuadamente, no tienen tolerancia de demora para recibir un refuerzo. Un videojuego puede ser contraproducente para ellos.
-Se afirma que el cerebro está programado ancestralmente para responder a las amenazas de leones o mamuts y que ahora lo estamos estresando…
-El cerebro tiene una parte, la amígdala, que es muy primitiva, preparada para monitorizar las señales de peligro y dar una respuesta. Actualmente la sociedad tiene estresores que activan la amígdala, diferentes al mamut, que duran mucho tiempo y que tenemos poca percepción de control. La amígdala se activa de forma constante y esto provoca problemas de ansiedad, de inhibir la respuesta al estrés. Pero el videojuego modifica la plasticidad en otra región cerebral, el neocórtex, la parte más nueva del cerebro, y aquí tenemos más flexibilidad y el neocórtex se adapta a las diferentes necesidades, hay partes de esta región cerebral que no acaban su desarrollo hasta los 20 o 25 años, para adecuarnos a la sociedad en la que vivimos. El ser humano nace de forma muy inmadura pero esto es positivo porque nos da esta plasticidad.
-¿La adicción al videojuego, qué efectos provoca en el cerebro?
-Se trata de un cambio en el núcleo accumbens, y en el córtex. Y esto es muy complicado de revertir. Son cambios permanentes. Lo que podemos hacer es modificar los del córtex. Con estimulación magnética transcerebral podemos modificar el nivel de activación de esta parte del cerebro, porque los cambios del cerebro del adicto tiene el córtex como dormida, apagada. Si combinamos la estimulación magnética con una terapia cognitiva funciona mucho mejor.
-Si corto el videojuego de un día para otro a un joven enganchado, ¿qué pasa?
-Es contraproducente, hay que hacerlo de forma progresiva.
-La visión positiva extrema de la tecnología son los cíborgs, que apuestan por implantarse tecnología
-Llegará pero de una manera distinta a la que se cree. Implantarse electrodos en el cerebro ya se ha hecho en personas con tetraplejia y el electrodo controla un brazo robótico. Esto implica abrir el cerebro. Se intenta ahora lo mismo con electrodos desde fuera, que puedas ponerte un casco y mover el ratón del ordenador. Esto llegará y no está lejos.