‘

En medio de la apretada carrera electoral que se vive en Estados Unidos, EL TIEMPO conversó con Marco Frieri, director para medios hispanos del Partido Demócrata.

En la conversación, Frieri, que es de origen colombiano, habla de la importancia del voto hispano en los comicios de noviembre próximo, el ascenso de Kamala Harris y el desafió para la democracia que plantea la candidatura del expresidente Donald Trump.

Cuéntenos un poco de usted y su origen colombiano…

Nací en Estados Unidos, pero soy cartagenero. Allí pasé mi infancia y adolescencia así que culturalmente soy colombiano. A los 18 años, cuando me tocó decidir donde estudiar, Estados Unidos, por mi nacionalidad, me ofrecía mejores opciones por las ayudas económicas y se me abrieron las opciones. Estudié en Miami, en la Universidad Internacional de la Florida, donde primero estudié Administración de Negocios Internacionales. Mi curiosidad por la política viene desde pequeño y en ambos países.

En 2016, llega Donald Trump a la presidencia y eso no solo generó curiosidad en mí sino un deseo por participar porque sentí que esa figura no representaba lo que siempre ha sido Estados Unidos: un país de tolerancia, de libertad, ajena a esas figuras populistas y autoritarias. Decidí involucrarme, volver a estudiar, en esta ocasión economía y relaciones internacionales, pensando en cómo podría yo prepararme para ayudarme en lo que fuera posible. Y poco a poco me comencé a relacionar con el mundo político local de cara a la campaña del 2020. Primero, como un activista en Florida en los temas que me interesaban, particularmente el hispano por ser latino y la política exterior, comentando sobre las noticias del día. En 2023, decidí involucrarme más y se me abrió la oportunidad de venir a Washington como portavoz para medios hispanos para el Comité Nacional Demócrata (CND). Es una oportunidad única como colombiano, como latinoamericano, por lo que significa esta elección y porque como latinos aún no estamos abriendo paso en este país.

¿Qué lo acercó en particular al Partido Demócrata?

Primero que todo, los valores del partido: ayudar a la clase media a salir adelante, a velar por los intereses comunes de los estadounidenses y sus libertades. La perspectiva de que a la sociedad se le puede dar una mano para ir a estudiar, abrir una empresa, sacar su familia adelante. Yo lo viví. A mí se me dio la oportunidad de estudiar acá por las ayudas económicas para los estudiantes universitarios. Y eso nos separa de los republicanos. Nosotros creemos que se puede ayudar a la clase trabajadora para que progrese y se capaciten. Las figuras en el partido también me inspiraron. En particular, Barack Obama: que una persona de color, parte de una minoría, pueda llegar al escritorio más poderoso del mundo es una gran motivación. Este partido lo respaldó, le dio una plataforma y con eso me identifico y creo que por eso muchos latinos también. En este partido nos valoran, en el otro no.

¿Y cuáles son sus funciones específicas en el DNC?

El Comité es la figura principal del partido a nivel nacional. Se encarga de coordinar la Convención Nacional, que tuvimos hace poco, para las elecciones presidenciales, pero también el liderazgo del partido a lo largo del país. Ayudar en las campañas, desde las locales a las nacionales. Conseguimos recursos para financiar estas elecciones, coordinamos el mensaje, preparamos a nuestros candidatos. Como director de Medios Hispanos dentro del equipo de comunicaciones -que es muy amplio- mi eje es llevar ese mensaje a los medios hispanos del país, a los internacionales, mostrar nuestros valores a la audiencia y explicar por qué merecemos ser sus representantes.

Siempre se dice que el voto latino va a ser determinante en las elecciones. ¿Qué tan cierta es esa premisa ahora que estamos a menos de 50 días de los comicios?

Muy cierta. El poder político de los latinos va creciendo cada día más. En estas elecciones van a ser alrededor de 36 millones de latinos que van a poder votar, el mayor número en historia. No solo eso sino porque muchos están ubicados en estados que son claves para esas elecciones como en Arizona, Nevada y Pensilvania, donde son un número importante del electorado. Pero también en otros, donde el porcentaje es más pequeño, pero pueden ser el margen de diferencia, como Michigan, Wisconsin, Georgia. O en otros donde hay grandes poblaciones de latinos como Texas, California y Florida que a su vez están conectados con familias o amigos que viven en otros. El poder que tenemos es trascendental. Nosotros confiamos, como ha quedado demostrado en elecciones pasadas, que los latinos nos volverán a acompañar porque nosotros representamos lo que ellos creen y quieren. El latino quiere vivir en comunidades seguras para que no pasen cosas como la matanza en una escuela de Uvalde, Texas. Un lugar donde no exista violencia armada. Quieren una respuesta a la situación económica y se las estamos dando para que puedan salir adelante.

El Latino también tiene un apego muy fuerte por la libertad y sus derechos porque, en parte, por eso están en Estados Unidos, y eso es lo que queremos preservar. Hoy esos derechos y libertades están amenazados por los republicanos y un Trump que los quieren recortar. Eso es lo que defendemos, bien sea el derecho reproductivo de la mujer para tomar decisiones sobre su vida, o la libertad de poder enviar a tus hijos tranquilos a la escuela para que no corran riesgo de ser asesinados, o la libertad de escoger un futuro. Eso es lo más importante en una democracia.

Una de las narrativas de esta campaña, y también en parte de la anterior, es que un porcentaje más grande de latinos se está inclinando por Trump. No son una mayoría, pero las encuestas sí indican un giro. ¿Qué tan cierto es eso y por qué estaría pasando?

La comunidad latina se está diversificando y, obviamente, hay diversidad en opiniones. Pero esos números en las encuestas cambian y al final lo que demuestran los resultados es que la mayoría de los latinos siempre han creído en las banderas del Partido Demócrata, y salen a votar por nosotros. Y lo hacen porque nosotros vemos al latino, al inmigrante, como un componente esencial de este país y no como un enemigo. Reconocemos a los latinos como una comunidad que aporta, la que más crece, la que más genera trabajo y eso se refleja en nuestras políticas económicas y en su representación en el partido. Este es un partido diverso, como la demuestra la selección de Kamala Harris, que nomina a hispanos a la Corte Suprema de Justicia, que apoya a congresistas que representa a esa voz hispana. En cambio, el Partido Republicano en los años de Trump viene diciendo que envenenan la sangre del país, que son unos criminales, que los usan para dividir y asustar. Por eso los latinos, en su mayoría, votan por el Partido Demócrata. Y entre más les hablemos de lo que se ha logrado para ellos, como el acceso a la atención en salud, como el crecimiento económico, veremos más de ellos en nuestras filas.

Usted menciona algo que a veces no es fácil de entender: que los hispanos, muchos de ellos con raíces inmigrantes recientes, respalden en un número creciente a una persona cuya bandera es antiinmigrante. ¿Eso como se lo explican?

Ese es un tema interesante. Yo creo que hay desinformación sobre lo que representamos nosotros, especialmente en esta era de Trump. Pero cuando se despeja el ruido y las mentiras, lo que queda es muy claro. Lo que más valora el colombiano, por ejemplo, y lo sé porque yo soy de allá, es la seguridad, sus derechos democráticos, sus libertades y las oportunidades económicas. Lo que vemos en este Partido Republicano es un ataque a todo eso. Pretenden eliminar libertades, vulnerar la constitución, erosionar la democracia, empoderar a un autócrata. Creo que se les engaña, se les desinforma para obtener su voto. Mi trabajo, en cierto sentido, es contrarrestar esa narrativa falsa.

Narrativa, falsa o no, ha tenido impacto. Eso lo vimos en la Florida en las elecciones pasadas cuando resonó mucho que los demócratas defendían el socialismo. Muchos colombianos se cambiaron de bando y eso influyó en el resultado final.

Yo creo que eso lo tenemos que enfrentar con hechos. Esa retórica del socialismo es solo eso: retórica y falsedades. El socialismo, de hecho, es autoritarismo. Es decirte lo que puedes hacer y lo que no, con quien puedes estar. Nosotros nunca hemos dicho algo por el estilo, todo lo contrario. Lo que só vemos es a un Trump y un Partido Republicano queriendo controlar tu vida, diciendo qué puedes leer y que no, qué puedes hacer con tu cuerpo, a quién puedes amar y a quien no. Eso es lo que hacen los regímenes autoritarios en América Latina o Asia y lo quieren hacer acá. Lo que hay que hacer es separarse de esas comparaciones ideológicas de izquierda o derecha y mirar las acciones. Donald Trump actúa como cualquier autoritario en nuestra región. Hemos visto cómo admira a dictadores como Vladimir Putin, que son líderes autoritarios en países donde el voto no cuenta, donde se amolda a las instituciones a su favor.

Eso me hace pensar en el caso de dos colombianos que le están apuntando al Senado y que harían historias si llegan a ganar, pero que vienen de orillas totalmente opuestas. Rubén Gallego, en Arizona, por el Partido Demócrata, y Bernardo Moreno en Ohio, por el Partido Republicano. ¿Cómo se entienden esas dos carreras y lo contradictorias que son?

Yo creo que es una muestra la diversidad de opinión que tiene la comunidad latina. Voy a hablar del congresista Gallego, que es colombiano. Es un representante extraordinario, una voz importante que seguramente nos representará muy bien en el Senado, como latino y colombiano. Yo creo que cada uno es formado por sus experiencias de vida y no me puedo meter mucho, porque no conozco bien el origen de Moreno.

¿Cuál es su lectura del debate entre Trump y Harris?

Yo creo que la vicepresidenta nos mostró su capacidad, su experiencia, su visión del futuro y su compromiso de representar a todos los estadounidenses, no solamente a un solo partido con planes concretos. Eso en contraste con un Trump que le apuesta a lo negativo, con incoherencias y ausente de ideas. De Trump ya sabemos qué esperar porque lo vivimos durante su primer gobierno. La apuesta de Harris es por la clase media, porque si la clase media está bien todos progresamos. Trump lo que propone es nuevos recortes de impuestos para los más ricos. Y ya sabemos eso que generó cuando lo hizo antes. Trillones de dólares en deudas que está pagando el pueblo

La carrera sigue apretada, pero sin duda Harris cambió la dinámica que venía cuando el candidato era Biden. ¿Por qué?

Yo creo que hay que reconocer que este Gobierno ha sido uno trascendental, que ha logrado cosas para el pueblo estadounidense significativas que ninguna administración de ochos años había logrado: la ley para invertir en infraestructura, la ley de chips, que es una ley para fortalecer esta industria en Estados Unidos. La ley para enfrentar el cambio climático, que es histórica y que sacaron adelante Biden y Harris. La vicepresidenta, obviamente, al asumir como candidata, ha generado un entusiasmo enorme por lo que representa como vicepresidenta de un Gobierno exitoso, pero también con una propuesta a futuro. Eso lo hemos visto en sus multitudinarios eventos de campaña. Y que contrasta con la visión negativa y oscura que encara Trump con su discurso de odio y la división. Creo que la gente está cansada de eso y ha reaccionado de manera positiva a la alternativa de su candidatura.

Uno de los principales de ataque del presidente Trump contra la administración Biden-Harris, y contra los demócratas, es en el frente migratorio. Es evidente que a lo largo de estos tres años y medio ha habido un récord de personas intentando ingresar a Estados Unidos, muchos de ellos de manera ilegal. ¿No es válida esa crítica?

Sí, sin duda hemos tenido incrementos en la migración, que se debe en parte a lo que nos dejó la pandemia y los efectos económicos y sociales en esta región y otras partes del mundo. Pero desde el primer día, esta administración ha tratado de enfrentar el problema y buscar soluciones. Biden inicialmente propuso una reforma migratoria que no avanzó por oposición de los republicanos. Pero este año logramos finalmente un acuerdo con ellos para aprobar una serie de medidas que daban más recursos a las autoridades en la frontera, más tecnología, fondos para agilizar los procesos migratorios. Era una solución muy completa. Pero Trump llamó a sus republicanos, como autoritario que es, y dio la orden de que se opusieran al acuerdo porque no le servía en términos electorales. No quieren solucionar el problema porque lo necesitan vivo para ganancias políticas. Eso no es serio y oportunista.

Pero lo otro es el discurso y la manera como se trata al migrante. Este es un país de inmigrantes. Obvio, queremos una frontera segura y un sistema que funcione, pero no se puede desconocer que el recién llegado ha sido indispensable desde el nacimiento de esta nación por todo lo que aporta. Trump estigmatiza al inmigrante, los llama criminales, y cuando dice eso se refiere a todos, entre ellos los latinos.

Desde su perspectiva de hispano, de colombiano, de miembro del Partido Demócrata, ¿qué es lo que está en juego en estas elecciones y por qué dice que son trascendentales?

Nos estamos jugando la democracia en este país, que además es un ejemplo por el mundo. Nos estamos jugando la preservación de nuestras libertades y derechos. Hay un partido, el republicano, que ataca nuestro sistema electoral y menosprecia nuestras instituciones y cuando eso pasa la democracia sufre, retrocede.  

SERGIO GÓMEZ MASERI

CORRESPONSAL DE EL TIEMPO

WASHINGTON