Lo que parece ser un ‘teléfono roto’ detonó la primera protesta diplomática de Colombia hacia los Estados Unidos desde que el presidente Gustavo Petro llegó al poder. Y es que la mención de las investigaciones contra el hijo y el hermano del primer mandatario en el reporte anual de Derechos Humanos de ese país fue interpretada por la Cancillería como una manera de injerir en los asuntos internos de Colombia, una molestia pública que hace preguntar si quedará abierta una brecha diplomática con EE.UU.
“Se están involucrando en hechos que nosotros no nos involucramos“, dijo el canciller (e) Luis Gilberto Murillo este miércoles tras terminar un debate de control político en la Comisión II de la Cámara de Representantes. Un Murillo que reemplaza provisionalmente al suspendido Álvaro Leyva en el Ministerio de Relaciones Exteriores pero que en la práctica sigue siendo el embajador de Colombia en Washington.
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La polémica se encuentra en el capítulo sobre Colombia del informe del Departamento de Estado del país norteamericano. En ese apartado, el reporte -que suele incluir casos que le parecen notorios y de trascendencia- menciona los escándalos de Nicolás Petro y Juan Fernando Petro, pero sin calificarlos.
Juan Fernando Petro, hermano del presidente Gustavo Petro.
Foto:Los informantes / Presidencia
“La Fiscalía General abrió investigaciones contra el hijo y el hermano del presidente Petro por presuntamente aceptar pagos irregulares, algunos de los cuales supuestamente financiaron la campaña 2022 de Petro”, se lee.
En la noche del martes vino la reacción colombiana: “Colombia rechaza las expresiones y valoraciones del señor Vedant Patel (portavoz del Departamento de Estado), las cuales se alejan del contenido real de lo presentado en el informe. Además, sus afirmaciones desconocen e irrespetan el apego de las instituciones colombianas al principio del debido proceso y su compromiso en la lucha contra la corrupción y la impunidad”, expresó la Cancillería.
Según Murillo, las instituciones colombianas en ningún momento han hecho referencia sobre las investigaciones que tiene, por ejemplo, el hijo del presidente Joe Biden (Hunter Biden) por lo que considera que el episodio es un claro irrespeto a las instituciones del país.
“¿Usted nos ha escuchado hablando de eso? ¿Nos ha escuchado hablando de los procesos internos de Estados Unidos? No, porque respetamos la soberanía de los Estados Unidos“, comentó.
El canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo.
Foto:EFE
No obstante, ante la versión de Colombia, EE.UU aclaró que en el reporte no hay constatación de hechos o evaluación de los mismos. Simplemente es un resumen “fáctico” de la situación con base a fuentes gubernamentales de alta credibilidad como la Fiscalía.
Para Manuel Camilo González, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, el problema se centra en que se está interpretando que el portavoz del Departamento de Estado dio un grado de credibilidad a las pruebas presentadas cuando aun no cuentan con una sentencia judicial en firme.
“Las declaraciones son una manera de injerir en los asuntos internos de Colombia, no solo porque emiten juicios de valor hacia donde se dirige el proceso judicial sino porque lo puede sesgar e incluso minimizar la independencia y las capacidades de la Fiscalía para ejercer su labor investigativa”, comenta.
A pesar de que se pueda considerar una falla comunicacional grave, el analista experto en Derecho Internacional, Enrique Prieto Rios, asegura que el encontronazo no pasará de allí. “Por varias razones: una de tipo geopolítico específicamente por el apoyo que ha brindado históricamente el gobierno de Estados Unidos para la paz, reconciliación y protección de derechos humanos. Lo estratégico desde Colombia sería no escalar esta situación”, comenta.
De acuerdo con González, existen dos riesgos de abrir una tensión diplomática con Washington. “Por un lado, Colombia dejaría de percibir el paquete de ayuda en cooperación internacional en áreas muy sensibles como la lucha contra el narcotráfico lo que podría debilitar las capacidades de las autoridades para hacer frente a la amenaza de grupos criminales; y por otro, se puede formar una narrativa muy nociva alrededor de nuestro país no posee un esfuerzo verdadero para luchar contra la corrupción”.
El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken.
Foto:EFE
Y es que esta relación ha sido una de las más blindadas por el presidente Petro y la Cancillería, probablemente junto con Venezuela. Hace poco, en entrevista con EL TIEMPO, el canciller (e) Murillo afirmó que hay una estrecha colaboración y ejecución de iniciativas bilaterales y hemisféricas en áreas estratégicas.
”Tanto la administración como el Congreso de Estados Unidos reconocen la importancia estratégica de nuestra relación bilateral y el papel central de nuestro trabajo conjunto en la promoción de la paz y del desarrollo económico y social inclusivo, la seguridad multidimensional en el hemisferio y la gestión de la migración segura y humana”, dijo.
Gustavo Petro, presidente de Colombia
Foto:Presidencia
Desde agosto de 2022, se han logrado cuatro encuentros entre el presidente Petro y el presidente Joe Biden; más de 70 reuniones de alto nivel con funcionarios del gobierno de Estados Unidos, así como la visita de más de 34 funcionarios estadounidenses a Colombia y 32 de funcionarios colombianos a Estados Unidos.
Juan Pablo Penagos Ramírez
POLÍTICA con insumos de Internacional*
