“¿Por qué viajas a África? Es peligroso”
Una pregunta que encierra un profundo estereotipo arraigado en la mente de muchas personas. ¿Quién lo colocó ahí? ¿Quién sembró la semilla del miedo y la precaución en torno a este vasto continente? Son interrogantes que me han acompañado desde el inicio de mi travesía.
Desde el momento en que decidí emprender este viaje, me enfrenté al mito arraigado de que África es un lugar intrínsecamente peligroso, un territorio inhóspito donde los riesgos acechan en cada esquina. Sin embargo, al caminar a través de diferentes países africanos, descubrí que la realidad es infinitamente más compleja y matizada.
Desde las majestuosas sabanas de Kenia hasta las bulliciosas calles de El Cairo, he sido testigo de otra realidad. En lugar de peligro, he encontrado hospitalidad. En lugar de temor, he sido recibido con amabilidad. Cada paso que daba me asombraba más de la diversidad humana y la calidez de corazón que caracterizan a este continente.
Mi experiencia es que las historias que a menudo se cuentan sobre África no capturan la complejidad y la plenitud de su realidad. ¿Hubo momentos difíciles? Sí los hubo. Me intentaron robar, tuve problemas con fauna salvaje o con la corrupción de ciertos países. Pero os aseguro que en cada encuentro, en cada sonrisa compartida, encuentro la confirmación de que el miedo y la desconfianza no tienen cabida en el corazón de África. Todo lo bueno es infinitamente mejor que lo “malo”.
Ayer, hoy y siempre
Sabi Sabi, un safari para vivir la Sudáfrica del futuro
Naturaleza, aire fresco y sueño reparador acompañados de algún que otro gruñido. Solo las puestas de sol son tan espectaculares como la vida salvaje en este rincón de Sudáfrica.
“Es necesario un gran equipo para viajar por África”
La simplicidad fue mi aliada en este viaje. Con solo una mochila como compañera, recorrí miles de kilómetros, demostrando que el viaje en África no requiere recursos extraordinarios. Más que una gran indumentaria de explorador, lo que se necesita es una mentalidad abierta y la disposición para sumergirse en la experiencia. La verdadera aventura no está reservada para aquellos con medios abundantes, sino para cualquier persona con las ganas y la pasión por viajar.
“África es un solo país. Solo hay guerras y pobreza. Un destino ideal para hacer un safari o un voluntariado”
Cuando se habla de África, a menudo nos referimos a este continente como si fuera un solo país. Se generaliza y se asumen ciertas cosas que muchas veces no se corresponden con la realidad.
Además, la creencia de que solo hay guerras y pobreza en África, como puedes imaginar, es igualmente falsa. Aunque es cierto que algunos países africanos atraviesan conflictos y problemas económicos, no es representativo de todo el continente. Por ejemplo, me encontré con la guerra en Sudán o con el conflicto en la región de Amhara en el norte de Etiopía, que SÍ me obligaron a cambiar el rumbo de mi viaje, pero en otros países como Tanzania, Zambia o Malawi sentí una total armonía. Además, países como Sudáfrica, Nigeria, Kenia o Ghana son ejemplos de economías emergentes.
Y quizás, la creencia más fuerte es que África es un lugar al que solo se va para hacer safaris o voluntariados. Si bien ambas son experiencias únicas, hay una infinidad de cosas que te recomiendo. Ve a la costa, encontrarás lugares de ensueño, maravíllate con el Lago Victoria, haz senderismo por las montañas nevadas de Lesoto o adéntrate en el origen del café en las tierras altas de Etiopía. África contiene una infinidad de experiencias únicas y desconocidas.
Además, aunque el voluntariado puede ser una buena forma de contribuir al desarrollo comunitario, es importante hacerlo de manera informada y respetuosa, reconociendo las necesidades y capacidades de las comunidades locales. Cuando fui profesor en una escuela en Rusinga, Kenia, aprendí la importancia de darles las herramientas para empoderar a las comunidades y verlos felices en su progreso. Sabes que tu trabajo está hecho.
El cabo que apunta a la antártida
El Finisterre africano: viaje al mítico confín de África
Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, es el inicio de una ruta que bordea la costa atlántica encadenando playas y pequeñas poblaciones hasta alcanzar el legendario cabo de Buena Esperanza.
La Riqueza histórica, Diversidad Cultural y Étnica
Durante mi viaje, tuve el privilegio de sumergirme en esta increíble diversidad, conviviendo con comunidades tan diversas como los Tonga a orillas del Lago Kariba en Zimbabwe, los Mursi, Suri, Nyangatom o Arbore en las remotas regiones de Etiopía, las legendarias tribus Masai en las vastas llanuras de Kenia, los ancestrales bosquimanos en los desiertos de Botswana e incluso los descendientes de los nubios en el sur de Egipto.
Cada encuentro fue una ventana a un mundo nuevo, o a lo que fuimos. Me permitió apreciar las tradiciones ancestrales y la riqueza cultural que los define. Las danzas ceremoniales de los masais, el método de los bosquimanos para guardar agua en el desierto o el Donga de los Suri que te transporta a otro tiempo. Cada comunidad tiene su propio legado único que enriqueció mi experiencia. Os aseguro que África está repleta de historias que merecen ser contadas y preservadas para las generaciones futuras.
Me apasiona contar que África es el hogar de algunas de las civilizaciones más antiguas y sofisticadas del mundo. Las pirámides del antiguo Egipto, el Reino de Aksum y el misterio del arca de la alianza en Etiopía o las ruinas de Great Zimbabwe, el continente está cubierto de historia y legado. Como curiosidad, pude dormir en las ruinas de Great Zimbabwe, algo absolutamente único y sentir la conexión con ese lugar. ¿Sabías que los primeros exploradores europeos creyeron encontrar la entrada a las minas del Rey Salomón? Posiblemente el yacimiento arqueológico más importante del África subsahariana. Me dejó impresionado.
una Biodiversidad Asombrosa
Conocido por todos, la riqueza natural de África es incomparable. Desde las selvas tropicales del Congo hasta el vasto desierto del Sahara. Recuerdo con mucho cariño una manada de elefantes al atardecer pasando por delante del Kilimanjaro. Inesperado. Un regalo. Solo por ese instante merece la pena viajar a este continente. A veces me pregunto, ¿Cuántos millones de años han pasado para que yo pueda ver esto? Piénsalo. Es encontrarte de nuevo con el misterio de la vida. Aunque sin duda me sentí especialmente cautivado por el ecosistema del Okavango, de una belleza que te deja sin palabras.
Resiliencia y Espíritu de Comunidad
Lo que más me sorprendió. A pesar de los desafíos que enfrenta, África es un continente caracterizado por la resiliencia y el espíritu de comunidad. Se unen en tiempos de necesidad, celebran juntos en tiempos de alegría y comparten todo lo que tienen. Me inspiró la fuerza y la determinación de las personas que conocí en el camino. Enfrentaban los desafíos con decisión y dignidad. Siempre recuerdo ante todo, “Rafiki, hamna shida, hakuna matata.” En swahili quiere decir: “Amigo, no hay problemas”.
La Felicidad
Al final de 800 días de peregrinaje por África, descubrí que el verdadero significado de la felicidad se encuentra en la conexión profunda con la naturaleza y uno mismo. En África, donde la vida te da su versión más cruda y bella, aprendí a apreciar las pequeñas alegrías de la vida: una sonrisa compartida con un extraño, una conversación, un atardecer sobre la sabana o el calor reconfortante de una comunidad acogedora. Creo que la felicidad es un estado de ser que se encuentra en la gratitud por cada momento presente y en la aceptación amorosa de la vida en todas sus formas. En África, encontré la verdadera felicidad en la simplicidad y la plenitud del momento presente.
