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Las curiosidades de las causas y penas dictadas por la Justicia sanjuanina a lo largo de la historia

Autor: Daiana Kaziura

“Nosotros ya veníamos trabajando con fuentes históricas vinculadas a la Justicia, pero siempre nos habíamos manejado con expedientes de causas judiciales que nos permitían ver qué códigos se han ido aplicando, desde los del Derecho de Indias hasta los códigos nacionales. Nunca habíamos tenido acceso a las acordadas o los libros de sentencias, que nos permiten ver, por ejemplo, qué hechos quedaban en primera instancia y cuáles pasaban a segunda, cómo se resolvían y cómo ha ido cambiando la forma de ver algunas situaciones de la sociedad”, destacó Silvana Frau, directora del Instituto y profesional a cargo de la investigación.

En ese contexto, comentó que, “podemos ver que, desde el siglo XIX en adelante, han ido cambiando las situaciones que se consideraban delito y, definitivamente, la década del ’40 es el quiebre”. En medio del proceso de investigación, la historiadora se animó a compartir algunas curiosidades de la justicia y sus decisiones en San Juan:

– El documento más antiguo de San Juan

El primer documento judicial sanjuanino está en el Archivo Histórico de la provincia y es de alrededor de 1660. “A ese documento histórico lo encontramos en 2016, cuando organizamos una exposición de documentos para el Bicentenario de la Declaración de la Independencia”, cuenta la profesional.

El antiquísimo papel estaba como adjunto en un expediente de 1805. En él una familia sanjuanina pedía que se le otorgara unas tierras que habían sido una merced real. O sea, el Rey se las había otorgado y ellos querían que se hiciera un documento que era como una escritura. Entonces, adjuntaban la merced real, que era un papel firmado por el Virrey del Perú que decidía que el Rey le había otorgado a la familia toda la zona El Acequión. “Ese expediente estaba archivado en una caja que decía 1805, recién al revisarlo descubrimos el adjunto que era de 1660. Fue una verdadera alegría para nosotros”, resaltó Frau.

– Delitos que mutan

“Muchos hechos que hoy se consideran pecados para la Iglesia en los siglos anteriores eran considerados delitos penados por la Justicia”, afirma la especialista. Y enumera, por ejemplo, la infidelidad o asistir a salones donde se ejercía la prostitución. En esos casos, se le dictaba una sentencia al hombre con penas que lo mandaban a ir a su casa con su familia y que no se podría acercar a 5 cuadras a la redonda de ese salón.

– Hijos naturales y violencia contra la mujer

“A principios del siglo XX hay causas por violencia contra las mujeres que indican que, como la mujer no cumplía con los roles del hogar, el hombre tuvo que aplicar un correctivo. Entonces, el hombre era sobreseído”, cuenta Frau y remarca la diferencia con el tratamiento actual de la Justicia en casos similares.

Y agrega que, en el caso de los hijos extramatrimoniales no existía la obligación de pagar una manutención y son cuantiosas las causas en las que la Justicia les quita los hijos a las mamás para dárselos al papá. “Esto se da en el caso de los ‘hijos naturales’, que nacen fuera de un matrimonio civil. En muchos casos, los hombres denunciaban que las madres no cuidaban a sus hijos. En los documentos se ve que las madres le explican al juez que tenían que salir a trabajar para darles sustento, pero de todos modos le daban la tenencia al padre. En todos los casos se ve esa resolución. Esto se ve más o menos desde 1890 y el cambio de la decisión de los jueces se empieza a aparecer recién después de la década del ’40”, resalta.

Al tiempo que rescata: “A medida que se va avanzando en el tiempo, se ve cómo, más allá de que aún no haya existido una norma, una ley, los jueces empiezan a cambiar sus sentencias en torno a la violencia contra las mujeres y el concepto de que los hijos naturales tienen que tener los mismos derechos que los hijos que nacen dentro de la figura del matrimonio civil”.

– Sarmiento bajo una investigación judicial

Aunque cueste creerlo, en los archivos vinculados a la Justicia sanjuanina se puede ver varias causas que involucran a Domingo Faustino Sarmiento. “Encontramos un documento de una causa contra él en la que una mamá lo acusa de malos tratos a sus hijas siendo su maestro en el Colegio Santa Rosa. Y él responde contando lo mal que se portaban las niñas. Eso sucedió en el ’39, antes de que se vaya exiliado. Y un dato no menor es que siendo él Unitario, la madre de las alumnas era de una familia Federal, así que podemos deducir el trasfondo político del caso”, relata la historiadora.

Además, en los archivo figura una carta de Sarmiento que fue presentada por una familia que perdió a un hijo y necesitaba hacer la sucesión. Frau cuenta que, “el hijo había ido a trabajar a Estados Unidos en la época del ’60, durante la fiebre del oro. Pero no regreso. Para realizar el trámite, la Justicia le pide a la familia que demuestre que ese hijo está desaparecido. Entonces, como prueba, presentan la carta en la que Sarmiento cuenta que lo ha buscado en Estados Unidos, que ha colocado panfletos y que ha preguntado sobre él, pero que nadie lo ha visto y él no lo encuentra. Con esa carta, la familia puede dar inicio a la sucesión de bienes”.

– Jueces caminantes

En la época colonial la administración de la Justicia estaba a cargo del Gobierno, los tres poderes son uno. En San Juan, los alcaldes del Sur y el Norte administraban su jurisdicción y dentro de esa administración estaba la Justicia. En esta época hay dos tipo de jueces, los Pedáneos y los de la Hermandad.

Frau describe que los primeros eran los que andaban caminando e iban a domicilio. “Ellos salían por temporadas a distintas zonas de la provincia e iban analizando causas. Si eran causas menores las resolvían en el lugar”, cuenta la investigadora. Mientras que, los jueces de la Hermandad eran quienes estaban en los pueblos pequeños y resolvían los distintos conflictos.

– Entre pena de muerte, exilio y castigo público

La pena de muerte recién deja de aparecer en la Constitución sanjuanina en 1927. Sin embargo, que estuviera en la Constitución no implicaba que los jueces la impusieran. “Las sentencias de ese tipo figuran en los documentos hasta 1870, después no. En esa época los delitos que terminaban con sentencias de muerte tenían que ver sobre todo con levantamientos contra el orden político. No, por ejemplo, por matar a alguien con alevosía, pero sí, por estos otros hechos, como sucedió por ejemplo con Santos Guayama o ‘Chacho’ Peñaloza”, narra Frau.

Y resalta que, “durante el periodo colonial las sentencias muchas veces eran correccionales y se usaba mucho la pena de exilio, que podía ser a zonas muy alejadas o ciudadanas cercanas. Como el exilio a Jáchal, por ejemplo”.

Al mismo tiempo, como aún no había un sistema carcelario y sólo existían pequeños calabozos, no había demasiado lugar para apresar a los delincuentes y eso influía en las penas que se imponía. Por ejemplo, si un hombre acuchillaba a otro y era carpintero, se le imponía construir 5 puentes a lo largo de los canales de la Ciudad.

Pero, además, las penas se usaban como ejemplificadoras. Por ejemplo, en los archivos figuran delitos de robo para los cuales la pena era que persona fuera paseada en burro desnuda por la Plaza Mayor, que es la actual Plaza 25 de Mayo. “En ese caso se apuntaba a la vergüenza del condenado y a la medida ejemplificadora para para quienes lo vieran”, resalta la especialista. En esta misma dirección se utilizaba el “castigo público”, que se desarrolla en un espacio público con látigos.

– Los numerosos casos de infanticidios

“Nos llama la atención la cantidad de casos que hemos detectado durante el siglo XIX de mamás que mataban a sus hijos recién nacidos. En los documentos se puede ver la explicación que esas mujeres le daban al juez, que en general tiene que ver con el castigo social por quedarse embarazadas y tener hijos siendo solteras”, cuenta Frau.

En ese sentido, confía que, “hay un caso en el que una mujer ayuda a su hija a parir y tira a su nieto al río. Luego argumenta en la Justicia que lo hizo para salvar a su hija antes de que se enterara su marido. Después hay otro caso de una chica que descuartiza a su hijo y lo guarda en un cajón. Y ella asegura que lo hizo porque es empleada doméstica y no quiere perder su trabajo. Normalmente estos casos terminaban con el sobreseimiento de la mujer por su situación. Todo esto nos deja ver la realidad que se vivía en esa época”.

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