Por Evaristo Lara
Enfocados en obtener el respaldo de los votantes afroamericanos, latinos y asiático-americanos, así como de los nativos de Hawaii e islas del Pacífico (AANHPI), los asesores de la campaña de Joe Biden invirtieron $14 millones de dólares en la compra de una ambiciosa campaña de publicidad.
De esta manera, un bombardeo de promocionales en estados considerados claves para ganar la elección de noviembre será transmitido por televisión durante la programación deportiva, durante los comerciales de programas como “Abbott Elementary” de ABC, y en plataformas digitales.
Al respecto, durante un encuentro con representantes de algunos medios informativos, Michael Tyler, director de comunicaciones de la campaña de Biden, menospreció la recaudación que han logrado sus adversarios y advirtió que eso puede ser determinante en la definición del próximo presidente.
“Tenemos dinero en efectivo histórico disponible que literalmente supera a nuestros oponentes.
La estrategia de medios pagados de Trump sólo puede describirse como anémica e insuficiente“, expresó.
De acuerdo con los demócratas, hasta el momento, la recaudación de fondos de Donald Trump permanece muy alejada de los $192 millones de dólares en efectivo disponibles con que cuenta Biden.
Cabe señalar que los $14 millones de dólares gastados por los demócratas sólo les permitirán tener presencia en la televisión durante seis semanas.
Sin embargo, en marzo ya habían desembolsado otros $30 millones de dólares para tratar de fortalecer la imagen del mandatario de la nación ante la ciudadanía.
Lo controversial del caso es que, de acuerdo con una según encuesta de Gallup, Biden promedió 38.7% de aprobación laboral en su decimotercer trimestre en el cargo, que transcurrió del 20 de enero al 19 de abril, el cual es considerado como el más bajo con respecto a cualquier otro presidente en la historia reciente durante la parte final de su mandato.
De cualquier manera, al interior del Partido Demócrata sostienen la idea de que dicho dato, al igual que los resultados de las encuestas, todavía no resultan un parámetro para determinar una tendencia que defina a un posible vencedor en la carrera por la Casa Blanca.
Hasta el momento, en la mayoría de los ejercicios que miden la intensión de voto de los ciudadanos Donald Trump, aunque con ligera ventaja, se mantiene como el candidato favorito.
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