“Ahora a descansar unos días y a pensar en el PSG”, dijo Xavi tras ganar a Las Palmas. En realidad, él y su cuerpo técnico ya hace días que tienen al conjunto galo en la cabeza. Y aunque todavía no tocaba empezar a mandar ‘inputs’ a los jugadores, ya habían detectado a base de ver partidos repetidos los principales peligros del elenco de Luis Enrique.
Los analistas azulgranas se pusieron manos a la obra desde el mismo día del sorteo. En la sombra, claro, pues primero había otros encuentros a disputar y la plantilla debía estar centrada e ir partido a partido. Rápidamente se rescató la eliminatoria contra la Real Sociedad, en la que Luis Enrique sorprendió colocando a Dembélé por dentro. Dicho movimiento generó superioridad numérica en la zona medular al PSG.
En general, sin embargo, lo que suele buscar el técnico asturiano es igualar los partidos hombre a hombre, lo que empuja la contienda hacia el ida y vuelta y, sobre todo, hacia un sinfín de duelos uno a uno. Esto suele favorecer al equipo parisino, que cuenta con varios jugadores explosivos con gran capacidad para imponer su ley en este tipo de guiones.
En París, lo que el Barça buscará es ‘viajar’ junto a campo rival pero evitando sobreexponerse en campo propio dando demasiados pases en corto. En el cuerpo técnico azulgrana destacan la asombrosa presión alta y post-pérdida que lleva a cabo el PSG, lo que incrementa el riesgo de perder balones en la creación de la jugada.
Evitar recrearse en pases en corto
Ante tal escenario, la primera consigna que Xavi tiene en la cabeza es la de cambiar rápidamente la orientación del juego para huir de la acumulación de jugadores. Es decir, tras un par de pases en pocos metros buscar sin pensar otra zona del terreno de juego, bien sea el lado opuesto o bien sea buscar un envío en largo para los hombres de ataque. A partir de ahí, eso sí, esperar a que zaga y centrocampistas ganen metros para instalarse en campo rival y atacar con más pausa en estático.
En el Barça cuentan con que el PSG presionará muy arriba, lo que obligará en muchas ocasiones a Ter Stegen a buscar a Lewandowski con un balón largo. Los azulgranas no quieren renunciar a atacar los espacios si los galos se exponen atrás, pero en líneas generales el objetivo es usar esa opción para salir de la asfixiante presión y a partir de ahí poder controlar. En el conjunto catalán entienden que si caen en ataques efímeros y partidos de ida y vuelta es más probable acabar heridos.
